Testimonios y pericia balística: claves en el pedido de prisión preventiva para “El Faraón del Pollo”

A la espera de la audiencia donde sostendrá su pedido de prisión preventiva para “El Faraón del Pollo” y adelantándose a lo que será la postura de la defensa del imputado, la fiscal Florencia Salas sostuvo que la hipótesis fiscal se sostuvo a partir de las declaraciones de los testigos presenciales, de las pericias balísticas y de las inspecciones oculares al balneario donde Maximiliano Rhil fue baleado.

La titular de la Unidad Funcional de Instrucción N°1 sostuvo que de acuerdo a los datos recabados en la Investigación Penal Preparatoria, la única arma que se disparó en el estacionamiento del balneario Horizonte Club de Playa fue la pistola Bersa calibre nueve milímetros que Juan Jesús Piero Pinna imputado refirió como propia en su declaración.

Para Salas las pericias balísticas, las inspecciones oculares que se realizaron y la falta de accidentes balísticos en el lugar sostienen esa idea. "Todas las vainas halladas fueron disparadas por el mismo arma y no se encontraron otras plomos o accidentes en autos o árboles del lugar", señaló antes de aclarar que con relación al resultado positivo del Dermotest que se halló en la mano derecha de la víctima, el fulminante o el residuo puede llegar por acción volátil de los residuos o por un mecanismo denominado transferencia.

Testimoniales pendientes y el misterio de las cámaras

Minutos después de presentar el pedido de prisión preventiva ante el Juez de Garantías Saúl Errandonea, la fiscal indicó que desde un comienzo hicieron foco en las declaraciones de las personas que estuvieron en el estacionamiento al momento de los disparos. En tal sentido ratificó que fueron tres las personas, incluyendo a la mujer del cumpleañero Mauricio Ríos, que relataron ver solamente un arma en el lugar.

Salas explicó que Ariel Nuñez, el hombre con el que Piero Pinna se peleó dentro del salón en el comienzo de la fiesta, aún no declaró y que resta escuchar a otras dos personas más. “Nos interesan las declaraciones de los que estaban presentes en el estacionamiento al momento del hecho”, agregó.

Con relación a la falta de registros de las cámaras del lugar que 0223 adelantó en el comienzo de la investigación, aclaró que la pericia informática confirmó que el DVR secuestrado esa misma madrugada estaba vacío y que la última actividad registrada fue el 7 de junio, un par de semanas antes del crimen. Lo singular de la fecha es que los responsables del balneario habían dicho que en temporada baja las cámaras no funcionaban.

“El primer resultado es que no había imágenes, pero estamos pidiendo si había algún tipo de clave como para ampliar la pericia”, concluyó.