Mar del Plata Club, el último emblema de la Belle Époque que fue consumido por las llamas

Fundado el 26 de agosto de 1906, fue el primer club y el más exclusivo de Mar del Plata. Pasó a formar parte de los establecimientos de administración nacional hasta que, en 1961 un incendio lo destruyó por completo.

El Mar del Plata Club fue un emblema de la aristocracia porteña. Foto: Carlos Peralta Ramos

3 de Julio de 2022 14:01

A principios del Siglo XX Mar del Plata tenía casi todo lo necesario para convertirse en la villa balnearia por excelencia de la aristocracia porteña, excepto un club exclusivo en el que puedan compartir actividades deportivas y sociales. En vistas de esta situación, el ingeniero Adolfo Dávila junto a un grupo de integrantes de la alta sociedad porteña que veraneaba en la consolidada “Biarritz argentina” y le encargaron al arquitecto Carlos Agote, que se había graduado en y L’Ecole des Beaux Arts de París la construcción de un fastuoso edificio de estilo Luis XVI y seis plantas de gran altura para emplazar frente a la playa Bristol, junto al Gran Hotel Bristol.

Así, el edificio se emplazó en un terreno irregular y contaba con pileta, cocina, dependencias de personal, sala frigorífica, bodega, peluquería, dos espaciosos salones, biblioteca, sala de té, terraza, salón de invierno vidriado y sala de armas

De acuerdo a la reconstrucción que hizo el historiador Rubén Calomarde, la fachada era, como se esperaba, una auténtica retórica ornamental característica de la arquitectura de la Ecole des Beaux Arts parisina con galerías de arcos de medio punto,  columnas dóricas, guirnaldas, ménsulas y una cúpula. Además, el club estaba decorado con lujosos muebles importados de Francia y realizados en diversos estilos clásicos y los pisos eran de parquet de roble de Eslavonia. "Tenía una serie de maravillas como motores eléctricos para elevar las cortinas enrollables. El equipamiento estaba a tono con la casa: alfombras de Esmirna, tapices de Aubusson, porcelana de Limoges, platina de Christofle, cristalería de Baccarat", indicó.

La construcción del majestuoso edificio se hizo a “gran velocidad” y la gala de inauguración se realizó el 23 de enero de 1910. Fue, sin lugar a dudas el evento del verano marplatense en el que se dieron cita las familias más importantes de la época. "Las familias fueron atendidas por los caballeros de la comisión con un gran lunch en  el primer piso , y música de la orquesta Drangosch", recordó el historiador local. Los reportes de la época dan cuenta que, "en ausencia del presidente del club ,Doctor Carlos Rodríguez Larreta,  el doctor Federico Gómez Molina pronunció un discurso alusivo al acto" y, tras la gala, "la concurrencia se retiró altamente satisfecha de la fiesta". Pero los años dorados fueron pocos en comparación con el tiempo que el Club permaneció abierto ya que dos temporadas más tarde comenzaron a arribar a Mar del Plata “nuevos ricos” que eran vistos con desdén por las familias patricias. Entonces, los más elitistas formaron el Ocean Club.

De a poco, el Mar del Plata Club fue perdiendo exclusividad hasta que en 1930, la crisis mundial provocó cambios irreversibles en la clase alta porteña y el club se vio obligado a abrir sus puertas a clases medias altas y clases medias para sobrevivir.

Con la llegada del turismo social a Mar del Plata, las autoridades del club comenzaron a ver cómo el edificio que había sido el más exclusivo de la ciudad terminaba de abrirse a las clases populares “entrando en un proceso de decadencia”, hasta que en 1948 el Estado Nacional expropió el Club Mar del Plata para entregarlo a la Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos. Así, los fastuosos salones se convirtieron en anexos del Casino Central, y fueron abiertos a un público masivo.

Para 1960, el edificio pasó a ser sede de la Escuela de Artes Visuales y el Conservatorio de Música de la Provincia. Establecimientos que funcionaron allí hasta el 10 de febrero de 1961 cuando, durante la celebración por el aniversario de la ciudad, un desperfecto eléctrico en el Salón dorado provocó un incendio que lo destruyó por completo.

Las llamas se extendieron rápidamente al resto del edificio, que ardió durante tres días. Para sofocar el incendio fue necesaria la intervención de dotaciones de bomberos de Tandil, Necochea y Miramar. Tras sofocar el incendio, la Municipalidad decidió que las ruinas del edificio fueran demolidas ya que la recuperacion del Club era inviable y, así se puso fin a un símbolo de la Mar del Plata de la Belle Époque.