El colegio Don Bosco entregó a la Justicia el cesto de basura donde estalló la bomba casera
Directivos de la institución entregaron este viernes el objeto para que pueda ser sometido a peritajes y avance la causa que intenta dar con los responsables de la fatídica broma que dejó sorda a Azul Zabaleta.
Por Redacción 0223
PARA 0223
A menos de 24 horas del pedido que elevó la fiscalía, las autoridades del colegio Don Bosco acercaron este viernes a Tribunales los elementos que secuestraron después de la fatídica broma que provocó que una alumna de 15 años quedara sorda al sufrir de cerca la explosión de una bomba de fabricación casera.
0223 pudo confirmar que, poco antes de las 14, los representantes de la institución educativa hicieron entrega del cesto de basura donde estalló el artefacto explosivo así como de la botella que se encontraba en su interior.
"Es un cesto común, roto especialmente en los costados, y que tiene adentro una botella aplastada y sucia, con algunas manchas blancas", detallaron las fuentes judiciales consultadas.
Al recibir estos elementos, que podrían ser claves para el esclarecimiento del ataque que sufrió Azul Zabaleta, el fiscal Alejandro Pellegrinelli inmediatamente se puso en contacto con autoridades de Bomberos y de la Policía Científica para coordinar los peritajes de rigor en el transcurso de la próxima semana.
La novedad se conoce poco después de que el titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°5 recibiera a los padres de la menor damnificada por el hecho. “Queremos que se identifique a los responsables por acción u omisión en el cuidado de nuestra hija”, insistió en su pedido Martín Zabaleta, el padre de Azul.
En una primera instancia, la causa había quedado en manos del fiscal de Delitos Culposos, Rodolfo Moure, que luego decidió enviar el expediente a Pelegrinelli, el fiscal de turno. A la espera de las novedades en la pesquisa, la carátula se mantiene bajo el rótulo de "estrago doloso, lesiones y omisión de auxilio".
El caso
Azul Zabaleta, alumna de cuarto año del secundario del Instituto Don Bosco, salió al último recreo del viernes 8 de julio a las 12 del mediodía, con la felicidad de saber que llegaba el fin de semana. Hasta que al pasar al lado de un cesto de basura, un explosivo de fabricación casera estalló y la desvaneció ante la mirada incrédula de compañeros, profesores y autoridades.
Luego de un mes de diversos tratamientos, se confirmó el pasado viernes que la adolescente sufrió la pérdida del 96.4 % de su audición, y que deberá someterse a una operación para colocarle unos implantes coclares, cuyo valor van desde los 40 mil a 60 mil dólares. Además, no podrá practicar nunca más deportes de contacto: deberá abandonar el rugby y el karate, disciplinas que formaban parte de su rutina diaria.
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