Bomba en el Don Bosco: confirman la imputación de un alumno y citan a declarar a los directivos

La Fiscalía del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil imputó formalmente a un alumno de 17 años del colegio Don Bosco en la causa que investiga la explosión de una bomba casera que casi deja sorda a Azul Zabaleta.

El fiscal Walter Martínez Soto citó a indagatoria al adolescente para que declare en una audiencia prevista para el 7 de marzo, en el marco de la acusación por “lesiones graves”, según se dispuso en una resolución que dictó el Ministerio Público en las últimas horas y a la cual accedió 0223.

En el primer tramo de la instrucción, se habían individualizado a tres jóvenes como los responsables de la "broma" que casi le provoca la pérdida de la audición a una compañera. Hasta el momento, sin embargo, el fiscal solo se encontró pruebas suficientes para sostener la acusación sobre uno de ellos.

No es la única novedad saliente del jueves: el referente de la fiscalía de menores también pidió que brinden declaraciones testimoniales en la causa las principales autoridades del colegio, Federico José Barbini y Nicolás Leguizamón (director y vice, respectivamente), así como el director general de la obra Instituto Don Bosco, Mario Luis Casetta.

En los primeros dos casos, Martínez Soto prevé tomar declaración el 23 y 24 de febrero mientras que Casetta declararía el 3 de marzo, unos días antes de la cita que se pactó con el único adolescente imputado por la grave agresión contra la alumna del establecimiento.

El caso

Azul Zabaleta, alumna de cuarto año del secundario del Instituto Don Bosco, salió al último recreo del viernes 8 de julio a las 12 del mediodía, con la felicidad de saber que llegaba el fin de semana. Hasta que al pasar al lado de un cesto de basura, un explosivo de fabricación casera estalló y la desvaneció ante la mirada incrédula de compañeros, profesores y autoridades.

Luego de un mes de diversos tratamientos, se confirmó el pasado viernes que la adolescente sufrió la pérdida del 96.4 % de su audición, y que deberá someterse a una operación para colocarle unos implantes coclares, cuyo valor van desde los 40 mil a 60 mil dólares. Además, no podrá practicar nunca más deportes de contacto: deberá abandonar el rugby y el karate, disciplinas que formaban parte de su rutina diaria.

Hoy, la investigación está en manos de Walter Martínez Soto, uno de los fiscales del Fuero de Responsabilidad  Penal Juvenil de Mar del Plata. La causa, por el momento, no tiene imputaciones pero la instrucción se inclina por la sospecha de tres alumnos como los responsables de la fatídica broma.