Qué dijeron los rugbiers en el tramo final del juicio por el crimen de Báez Sosa

Los testimonios de Máximo Thomsen, Ciro y Lucas Pertossi y Blas Cinalli tuvieron muchos puntos en común y parecen anticipar una estrategia de la defensa: la de instalar la hipótesis del "homicidio en riña".

El 31 de enero se conocerá la sentencia por el crimen de Fernando Báez Sosa.

20 de Enero de 2023 17:56

Por Redacción 0223

PARA 0223

El debate oral por el asesinato de Fernando Báez Sosa terminó esta semana, y lo hizo con la palabra de algunos de los acusados más comprometidos. Máximo Thomsen, Ciro y Lucas Pertossi y Blas Cinalli rompieron el silencio después de tres años, tal como lo había hecho días atrás Luciano Pertossi.

Los testimonios compartieron muchos puntos en común. Todos dijeron que reaccionaron en el marco de una pelea, todos evitaron mencionar o identificar a uno de sus amigos, todos descartaron un plan criminal, y todos negaron haberle pegado a Fernando.

El único que fue un poco más allá en su relato fue Thomsen, el más complicado de los 8 a partir de la evidencia de los videos, que reconoció en su relato haber tirado algunas patadas aunque dijo que "no sabía a quién ni a dónde".

"Veo que uno de mis amigos se estaba por meter en una ronda de gente desconocida. Cuando veo eso lo primero que hago es salir a correr atrás de él y cuando me meto me pegan una piña en la cara. Reacciono tirando patadas, no sé a quién o a dónde, pero jamás en la vida con intención de matar a alguien. Desde hace tres años vengo escuchando que yo organicé, que yo soy lider. Era una persona contra muchos. No tuve dimensión. Alguien me puso una mano en el pecho y me dijo “basta” y me quedé parado ahí. Y como nadie hizo nada me fui, describió el acusado.

Ciro Pertossi sí identificó a Fernando en la escena pero aseguró que se “frenó” cuando lo vio tirado en el suelo: “Este chico soy yo y esa patada no la hago, cuando me doy cuenta de que el chico está en el piso la frenamos”. Este Pertossi había sido el mismo que en el chat de amigos avisó tras la pelea "de esto no se cuenta nada a nadie". Pero el joven minimizó el tenor de ese mensaje en la declaración ante los jueces: “No quería que mis padres se enteren que nos habíamos peleado”.

Y Lucas Pertossi y Blas Cinalli repitieron lo mismo: que “en ningún momento” atacaron a Báez Sosa. "En ningún momento le pegué a Fernando Báez Sosa, en ningún momento formé parte de un plan de asesinato ni tuve intenciones de matar a alguien. Yo solo fui de vacaciones", dijo Pertossi en primer lugar el miércoles, el mismo día en que se cumplió el tercer aniversario del asesinato.

 "Yo en ningún momento le pegue a Fernando Báez Sosa, supongo que con quien tuve en el encuentro dentro del boliche no sé, capaz fue él. En ningún momento le pegué", insistió Cinalli, quien quedó fuertemente comprometido en una de las audiencias del juicio después que un forense revelara que encontró ADN suyo en el dedo meñique del joven estudiante de Derecho de 18 años.

Lo que viene

Con la etapa concluida de escucha de testimonios y presentación de pruebas, ahora solo queda esperar por los alegatos y el veredicto final del Tribunal en lo Criminal N°1 de Dolores que conforman los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari.

El miércoles será el turno del fiscal Juan Manuel Dávila y de Fernando Burlando y Fabián Améndola, los dos abogados querellantes en representación de los padres de Báez Sosa. No se esperan grandes sorpresas para la jornada: ambas partes acusadoras anticiparon que pedirán la perpetua para todos los imputados, siempre bajo la hipótesis de que se trató de un homicidio agravado por alevosía y premeditación.

Un día después alegará la defensa de los acusados que esgrime el abogado Hugo Tomei. Aunque no hay nada cierto, se especula con que el letrado tratará de atenuar la responsabilidad de los 8 jóvenes enmarcando el hecho como un “homicidio en riña” o un “homicidio preterintencional”. En cualquiera de los casos, quedaría descartada la intencionalidad de matar de los imputados. Si el tribunal se inclinara por alguna de estas dos figuras, los rugbiers podrían recibir una pena excarcelable o, en todo caso, una máxima a 6 años de prisión.

Pero la fecha clave es la del martes 31 de enero. En ese día, los magistrados tendrán la última verdad y, después de tres años de espera, revelarán la sentencia de uno de los casos que más conmovió a la opinión pública de Argentina en décadas.