Al rescate de un ícono moderno: toma forma el proyecto para recuperar el Parador Ariston

La Municipalidad de General Pueyrredon y el Gobierno de la Nación avanzan en las gestiones para repotenciar la zona sur de Mar del Plata a partir de la recuperación del Parador Ariston, un ícono de la arquitectura moderna en Argentina.

Magalí Marazzo, directora de la Secretaría de Obras y Planeamiento Urbano de la Municipalidad de General Pueyrredon, contó a 0223 que la idea es avanzar con la decisión política de adquirir este bien y convertirlo en un centro de interpretación al movimiento moderno.

A principios de marzo, un grupo de profesionales de La Plata viajó a Mar del Plata exclusivamente para tomar muestras de la estructura y relevar el estado en el que se encuentra. A la espera de los resultados, la funcionaria reconoció que su estructura corre un riesgo "bastante grave".

"La idea es que el Parador Ariston vuelva a tener su función original, que la gente vuelva a subir a ese espacio a tomar un café y ver el mar como fue en su momento de gloria", señaló sobre el edificio declarado monumento histórico el 20 de diciembre de 2019.

Marazzo recalcó que el Parador Ariston, uno de los principales exponentes del Movimiento Moderno, es "una obra única" en Latinoamérica que es materia de estudio en todo el mundo. "La idea es poder rescatar este lugar que hace a la historia, la cultura y la identidad de los marplatenses", completó.

La historia del Parador Ariston

En completo estado de abandono y ruinoso, el Parador Ariston le fue encargado al húngaro Marcel Breuer en 1947 por los dueños del Parque Playa Serena. La idea era valorizar la zona, por lo que se erigió para ser un íntimo lugar de reunión social, danza, té y cocktails.

El edificio, que se inauguró el 11 de febrero de 1948 a metros de la ruta 11, cuenta con dos áreas bien diferenciadas. En la planta baja se ubica el hall de llegada, los guardarropas, baños y dependencias de servicio. Mientras que el primer piso es lo que tiene su característica forma de cruceta o trébol de cuatro hojas, con “salón, bar-cocina fría, pista de baile revestida con chapas de metal inoxidable sobre entablonado de madera machihembrada”.

El Ariston, única construcción de Breuer en Latinoamérica, tuvo su esplendor en los años ‘50 cuando funcionó como confitería y restaurante. Tenía mesas pegadas a las ventanas que rodeaban la estructura, con una privilegiada vista al mar.

Sin embargo, luego comenzó a caer en desgracia. Durante los años ’70 funcionaron allí distintas confiterías y en los ’80 fue el turno del café-bar Bruma y Arena. Albergó también la Discoteca Maryana y al inicio de los años ‘90, funcionó en un anexo al edificio la Parrilla Perico. Estos usos modificaron la estructura original, y degradaron su diseño. Desde 1993 se encuentra abandonado por completo.