“Me sacaron todo, me llevaron todo”, dijo el esposo de la mujer asesinada en Sierra de los Padres

La misma conmoción y dolor que desde hace más de dos años arrastran los familiares y allegados de María Florencia Ascaneo, asesinada el 4 de enero de 2021 por el sujeto al que iba a denunciar por intentar abusar a su hija adolescente, se hicieron presentes este lunes en el comienzo del juicio que se le sigue a Gustavo Sensán por los delitos de homicidio criminis causa, portación ilegal de arma de fuego de uso civil y abuso sexual en grado de tentativa.

Los jueces Gustavo Fissore, Alfredo Deleonardis y Mariana Irianni escucharon los alegatos de apertura del fiscal Leandro Arévalo y del abogado Maximiliano Orsini, en representación del particular damnificado. Esa etapa se cerró con la palabra de defensor oficial Christian Rajuán que no discutirá la materialidad ni la autoría del hecho, sino la calificación con la que la causa llega a juicio.

Ese punto marca claramente el desarrollo del juicio, ya qué, si bien permite limitar la cantidad de testimonios que serían repetitivos al no discutirse los hechos, plantea dos escenarios bien distintos en su resultado: la pena en expectativa para el homicidio criminis causa es de prisión perpetua a diferencia de la de homicidio agravado por el uso de arma que planteará la defensa.

Un disparo mortal, otros fallidos

El Tribunal Oral en lo Criminal N°4 escuchó en primer término los testimonios del esposo de Ascaneo y de una de sus hijas, quienes estaban presentes en el local comercial que la familia explotaba comercialmente en el Paseo de Compras Las Cabras de Sierras de los Padres.

“Me sacaron todo, me llevaron todo”, dijo el hombre a los jueces en un relato atravesado por el dolor. Leonardo Zeccini recordó que tras escuchar el disparo de Sensán atinó a tirar a su hija bajo el mostrador mientras que el imputado accionó nuevamente el arma contra ellos y el disparo no salió.

El hombre logró sacarle el arma al asesino y reducirlo tras un forcejeo antes de que personal policial que pasaba por el frente del local, lo redujera y secuestrara la pistola calibre .22 que tenía otras diez municiones y se trabó luego del primer disparo.

El resto de los testigos que pasaron durante la primera jornada confirmaron que Sansán ya había tenido actitudes que no habían sido bien vistas por otros vecinos del lugar. Algunos llegaron a calificarlo como una persona desagradable y afirmaron que lo habían visto armado en más de una oportunidad.

La actividad se retomará este martes a las nueve de la mañana con las testimoniales restantes y a su término serán los alegatos finales.