La Contaduría destaca el proceso de desendeudamiento que atraviesa la municipalidad

La deuda consolidada representa menos del 1% de los recursos tributarios y no tributarios. En tanto, la deuda flotante se encuentra en el ciclo de menor impacto de las últimas gestiones. Así son los números en Mar del Plata.

8 de Abril de 2023 16:30

Por Redacción 0223

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La Contaduría General remarcó el proceso de desendeudamiento que atraviesa la Municipalidad de General Pueyrredon, un ciclo que se profundizó en los tres años de gestión del intendente Guillermo Montenegro. La situación se evidencia tanto en la deuda consolidada como en la flotante que sostiene la Comuna, en comparación con lo ocurrido en los últimos 17 años.

Las estadísticas fueron plasmadas por el contador Guillermo Costanzo en la Memoria Anual que se presentó en los últimos días conjuntamente con la Rendición de Cuentas 2022 de la Administración Central. Allí, el funcionario de ley puntualizó que la deuda consolidada representa el 0,93% de los recursos tributarios y no tributarios recibidos por la Municipalidad en el mismo año ($32.567 millones). Ello significa la incidencia porcentual más baja en la comparación que realizó desde 2006, cuando fue del 38%.

Fuente: Contaduría General de la Municipalidad de General Pueyrredon.

Al cierre del 2022, la deuda consolidada asciende a $301.418.365, que se conforma por obligaciones cuya exigibilidad depende de los vencimientos preestablecidos, generalmente a lo largo de varios ejercicios, originadas en la toma de créditos o refinanciación de los existentes. “La misma fue decreciendo en términos relativos a lo largo de los años 2006 a 2010, tuvo un incremento en 2011, retomando la tendencia descendiente a partir del ejercicio 2012 y hasta 2019. En 2020 se incrementó, volviendo a disminuir en 2021 y 2022, alcanzo en este último el nivel más bajo de todos los registros”, consignó el contador.

En cuanto a los números precisos: Pulti heredó un 28,5% de Daniel Katz en 2007, tras un proceso de endeudamiento que se originó a finales de los `90, mientras que promedió 13,8% al finalizar su primer gobierno y 4,71% en 2015. Por su lado, Arroyo culminó su mandato con 1,13%, donde en 2020, ya con Montenegro, subió a 3,9% en un marco de un endeudamiento producto de la pandemia. Desde allí comenzó una disminución que llega al 0,93% del último ejercicio. Según se explicó, para llegar a este mínimo histórico fue crucial la cancelación de tres prestamos, uno de Pavimento y Repavimentación Urbana, otro de Extensión de la Red de Gas Natural en Sierra de los Padres y el Acuerdo con Centro de Constructores (por la construcción de los Polideportivos Barriales).

El escenario respecto a la deuda flotante también ubica al gobierno de Montenegro con números de los cuales se puede jactar, como lo hizo en la última apertura de sesiones el 1ro de marzo, donde aseguró tener “las cuentas en orden, donde el déficit se transforma en superávit y donde el ratio de deuda es insignificante”.

La deuda flotante es un pasivo del Estado que se genera por la simple ejecución del presupuesto al no cancelarse los gastos que se devengan, la cual actualmente se encuentra en $2.158 millones. Ello significa el 6,63% de los recursos tributarios y no tributarios del año, el más bajo de los cuatro períodos de gobierno desde 2007.

De acuerdo al histórico plasmado por el contador, el 2006 comenzó en un 6,07% y tuvo un piso en 2008 con un 3,4%. Desde allí, en el marco del gobierno de Pulti, comenzó a escalar año a año hasta llegar al 17,02% en 2015, el más alto de la serie. Durante el gobierno de Arroyo comenzó un sostenido descenso hasta llegar al 7,44%, mientras que con Montenegro se estabilizó en torno al 6%.

Según el detalle dado a conocer en la Rendición de Cuentas 2022 que ya debate el Concejo Deliberante, la actual deuda flotante, también llamada deuda corriente, se compone principalmente por contribuciones patronales a pagar ($823 millones), deudas comerciales ($563 millones) y sueldos ($478 millones).