Pidieron hasta 17 años de prisión para los tres acusados de matar a Gabriel Aramayo

Dos coautores y un partícipe secundario. Los mismos roles que se plantearon en el comienzo de la investigación por el crimen de Gabriel Aramayo se mantuvieron durante el alegato final del fiscal Leandro Arévalo que pidió que se condene a Franco “Curly” Altamiranda y Sergio Urbistondo a diecisiete años de prisión, y a Claudio “Pirulo” Altamiranda a ocho años y seis meses. 

El pedido que el titular de la Unidad Funcional de Instrucción N°7 le hizo a los jueces Gustavo Fissore, Alfredo Deleonardis y Juan Galarreta, fue acompañado por la abogada Daniela Gutierrez, representante del particular damnificado. En el alegato se solicitó la unificación de penas con las anteriores, por lo que el pedido final es de diecinueve años para “Curly” y once para “Pirulo”.

Minutos antes de las siete de la tarde del jueves, las defensas terminaron con sus alegatos con una coincidencia: la defensora oficial Carla Ostachi y los abogados penalistas Osvaldo Verdi y Mauricio Varela pidieron la absolución de “Curly, “Pirulo” y Urbistondo, respectivamente.

En el caso de los dos primeros, solicitaron además la inmediata libertad ya que ambos llegaron detenidos al debate que se realizó en el Tribunal Oral en lo Criminal N°4. Los jueces anunciaron que el veredicto y la sentencia se conocerán el próximo viernes 8 de septiembre.

Los hechos

La víctima, de 29 años, murió el 14 de junio de 2020 tras permanecer cinco días en coma en el Hospital Interzonal General de Agudos (Higa), luego de sufrir un traumatismo de cráneo al caer de su moto cuando fue interceptado en un robo piraña en inmediaciones de Polonia y Ortíz de Zárate cuando regresaba de trabajar.
Si bien en un primer momento también se detuvo a dos menores que participaron del ataque que se registró en pleno Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO) por la pandemia de Coronavirus, ambos eran no punibles porque eran menores de 16 años y quedaron en libertad. Otro mayor del que no se pudo constatar su participación en el hecho también fue sobreseído.

Aunque en julio de ese mismo año “Pirulo” Altamiranda recuperó la libertad luego de su defensa a cargo del abogado Mauricio Varela presentara elementos que permitirían ubicarlo en otro lugar al momento del ataque, luego fue detenido por participar de una violenta entradera que tuvo lugar en el barrio San Patricio en la que encañonaron a una menor de 10 años.
Para el fiscal Leandro Arévalo, esa noche un grupo conformado por mayores y menores atacaron a Aramayo con el objetivo de robarle la moto y luego venderla. “Si no la podían colocar completa la desguazaban y ofrecían las autopartes”, dijo una fuente judicial a este medio.

De acuerdo a la hipótesis de la Unidad Funcional de Instrucción N°7, sobre ese punto versa la participación de “Pirulo”: no en el ataque que provocó las graves heridas que derivaron en la muerte de Aramayo, sino en la que iba a ser la “colocación” posterior del rodado. Esa noche, ante los pedidos de ayuda de algunos vecinos que vieron lo sucedido, el grupo abandonó el rodado en el lugar.