La historia real de ambición, adicciones y muerte detrás de "Medicina letal", la serie furor de Netflix

La trama pone foco en la inescrupulosa empresa farmacéutica de la familia Sackler, que impulsó con medidas de marketing la venta de un potente opioide que  transformó a miles de pacientes en adictos. ¿Cómo impacta el OxyContin en la Argentina?.

"Medicina letal" está basada en hechos reales e integra el Top 5 de las series más vistas de Netflix en la Argentina.

6 de Septiembre de 2023 19:42

Por Redacción 0223

PARA 0223

Más muertos que en la guerra de Vietnam y de Afganistán juntas

Octubre de 2017: Donald Trump, presidente de los Estados Unidos por aquel entonces, declara la emergencia epidemiológica y se atreve a ponerle nombre a esta emergencia sanitaria: Purdue Pharma, creación del laboratorio de la familia Sackler.

Por el 2019, ya eran más de 500.000 mil personas muertas por la adición al OxyContin, un medicamento para el dolor, a base de opioides, casi tres veces más fuerte que la poderosa morfina.

Desde su lanzamiento y agresiva estrategia de marketing Purdue Pharma fue clave en la muerte, adición y destrucción de miles y miles de norteamericanos.

"Medicina letal" es la miniserie  basada en hechos reales, que se encuentra en el top 5 de Netflix. Abarca la dura realidad, detrás de una de las epidemias más brutales con manipulación judicial y potentes influencias: la crisis de los opioides mal usados. ¿El plus? Le ponen apellido a la causa: los Sackler.

Pero antes de hablar de ellos, hablemos del OxyContin como tal…

El OxyContin es un analgésico de la familia de los narcóticos, que se sintetiza a partir de la tebaína, una sustancia presente en el opio. Por eso, además de su capacidad para neutralizar el dolor, se hizo evidente también su potencial adictivo peligrosamente alto. Parte de su formulación es la misma que se usa en la heroína.

Sin embargo, el medicamento comenzó a comercializarse por todo Estados Unidos en 1995, luego de que las autoridades de Estados Unidos aprobaran el medicamento ese mismo año. Muy pocas voces se alzaron en su contra. Para el 2012 , la prescripción de este opioide fue excesiva: 81,3 sobre 100 pacientes estadounidenses recibía recetas para estas pastillas prescritas.

En el 2001, las ventas de OxyContin, alcanzaron los US$1.600 millones, superior a las del Viagra, y representaban alrededor del 80% de los ingresos de la compañía. Para el 2010, la facturación por este opioide, ya había superado los US$3.000 millones y lamentablemente, en paralelo, esta emergencia sanitaria  en Estados Unidos estaba siendo más catastrófica que la del Sida en la década del 80.

Para el 2001, las ventas de OxyContin alcanzaron los US$1.600 millones, superando a las del Viagra. Foto: Reuters.

Fentanilo: la droga de los “zombies”

El consumo de OxyContin fue la puerta de entrada al fentanilo, la droga de los “zombies”: una droga sintética lamentablemente en auge aún, 50 veces más potente que la oxicodona y la  morfina:  paraliza músculos y, por ende, la respiración, pareciendo “zombies” estupefactos, sin movilidad siquiera.

Sintetizado por primera vez en 1960, el fentanilo fue utilizado originalmente como analgésico intravenoso. Poco a poco fue ganando terreno entre los adictos y, en 2022, fue el responsable de las dos terceras partes de las 110.000 muertes por sobredosis en Estados Unidos, un récord histórico.

Tanto la oxicodona como el fentanilo son drogas opioides. Los adictos se volcaron al fentalino masivamente a partir del 2019, cuando el medicamento de la familia Sackler se puso definitivamente en la mira de las autoridades sanitarias y, por el endurecimiento de los controles, fue mayor la dificultad para conseguir recetas.

Los dos son analgésicos legales que sirven para controlar el dolor. Los dos causan mayor dependencia que la morfina. Los dos deben ser recetados por profesionales. El consumo de los dos es controlado por la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA) por que los dos mal administrados son adictivos y llevan a la muerte

En 2022, dos tercios de las 110.000 muertes por sobredosis en Estados Unidos fueron por fentalino.

El agresivo despliegue de OxyContin

Antes de la aparición del OxyContin, era muy raro que los médicos prescribieran opiáceos para combatir el dolor, pero fue tan fuerte, agresiva  e innovadora la campaña de marketing que realizó Purdue Pharma que el OxyContin se convirtió en un éxito de venta. 

Chicas lindas, seductoras, jóvenes y extrovertidas: la potente, ingeniosa, y agresiva estrategia de marketing y ventas de Purdue Pharma para copar el mercado estadounidense llevó a que sea el narcótico más vendido para el 2019.

El objetivo de venta consistía en generar alianzas con esas personas en la que todos confían y nadie dudaría de su palabra al ir a consultarlo porque su palabra y su recomendación es casi palabra santa: los médicos.

Sólo en el 2012, médicos prescribieron más de 282 millones de recetas para analgésicos opiáceos, incluidos OxyContin, Vicodin y Percocet, una cantidad que equivalía casi a un frasco por cada habitante de la nación. Entre agosto de 2013 y diciembre de 2015, varias empresas farmacéuticas, entre ellas Purdue Pharma, pagaron más de US$46 millones a más de 68 mil médicos en todo el país a través de comidas, viajes y honorarios para incitarlos a recetar opioides.

El plan consistía en recetar desmedidamente analgésicos de oxicodona.

A  pesar que el uso inicial y ético de la oxitodona era exclusivamente para paliar dolores asociados a enfermedades terminales o en la etapa de cuidados paliativos, los médicos convencidos por el laboratorio de los Sackler, y mucho dinero a cambio, lo recetaban para dolor leves a moderados y para cualquier persona.

Nota del redactor sin espoliar: en la serie se muestra de forma indignante, como una joven deportista, menor a 20 años, es advertida por un médico honesto de no consumir estos analgésicos, pero al tiempo cae en el consumo adictivo sin freno de estos opioides, posiblemente por haber caído - valga la redundancia- en un médico que tenia un acuerdo con Purdue Pharma.

Así fue como Purdue Pharma duplicó en solo 9 años las ventas de su producto estrella: OxyContin. Mientras que durante 2001 la empresa tuvo una ganancia de US$1.600 millones gracias a la droga, en 2010 los ingresos por ese fármaco ascendieron a US$3.000 millones.

La siniestra familia Sackler: entre la filantropía y las muertes

Museos, universidades, centro de investigaciones… son solo algunas de las instituciones que llevan el apellido Sackler alrededor del mundo. Conocidos por financiar proyectos millonarios en pos de beneficiar a la sociedad, la familia Sackler uso ese poder (y sus millones) para blindar por mucho tiempo su responsabilidad en la peor epidemia sanitaria vivida, incluso peor que la de los 80 por el Sida.     

Toda esa red de conexiones y los millones de dólares gastados en prestigiosos abogados -entre los que supo estar el polémico ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani- les permitió a los Sackler dilatar el yugo de la Justicia. 

Los Sackler financiaron un patio futurista en el Museo Británico que lleva su nombre.

Presión mediática, millonarias demandas y el pedido de bancarrota

Durante el largo proceso judicial ha quedado probada la responsabilidad del sistema: desde la presión de los lobistas de Purdue Pharma en el Congreso estadounidense a la facilidad con que algunos funcionarios que fueron blanco de sus campañas pasaran fácilmente a trabajar en la farmacéutica.

La batalla legal se prolonga desde hace años, y versa sobre la responsabilidad del fabricante del OxyContin principalmente, sobre la compensación a las víctimas de esta crisis de adicciones y sobredosis provocada por un medicamento que se vende solo bajo receta y, en la Argentina, cuenta con la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT) para su comercialización bajo doble receta, en farmacias.

Purdue Pharma se acogió al proceso de bancarrota en 2019 para hacer frente a sus deudas derivadas de miles de demandas recibidas. Dicho acuerdo de quiebra fue aprobado en 2021, con la previsión de aportar, en principio, 10.000 millones de dólares a sus acreedores, entre los que se encuentran estados y municipios, centros de tratamiento y recuperación de adicciones, hospitales, supervivientes y familiares de los fallecidos, entre otros afectados.

Sin embargo, tras la repercusión de la serie de Netflix, en agosto de 2023, el Tribunal Supremo de Estados Unidos suspendió el acuerdo con la familia Sackler, a la espera de una revisión instada por el Gobierno federal.del plan ahora en suspenso.

Los Sackler  y cómo hicieron su fortuna

La familia Sackler tiene más de 20 miembros y es una de las más poderosas de los Estados Unidos. Hoy Purdue Pharma está dirigido por 8 de ellos. De bajo perfil y sin escándalos ni romances rimbombantes ni tapas de revistas, supieron abrirse paso en la alta sociedad, no solo por su fortuna según cálculos de la revista Forbes, a US$13.000 millones - superando así a los célebres Rockefeller - sino por grandes donaciones y acciones filantrópicas, que le valieron importantes conexiones con las personas más influyentes de ese país. 

Con millones invertidos en arte, dieron también su apellido a cátedras en las universidades más prestigiosas del mundo como Yale, Columbia y Oxford.

Nombraron con su apellido hasta un planeta fuera del Sistema Solar y se ganaron el apodo de "los Medici del siglo XX".

Sin embargo, el origen espurio de la fortuna de los Sackler, manchó con la sangre de los adictos al OxyCotin las becas que financian, el arte que compran, las fundaciones que patrocinan, los programas científicos e instituciones que fundan, así como los patrocinios emblemáticos bajo su poder, como las salas del Louvre donde se encuentra la Mona Lisa y el Museo Británico, dos de los máximos emblemas culturales de este siglo a nivel mundial.

La historia de la familia se remonta a finales del siglo XIX, cuando Arthur, Mortimer y Raymond Sackler, tres hermanos psiquiatras de Brooklyn, fundaron en Greenwich Village una pequeña empresa de medicamentos. Vieron en ella la posibilidad de un negocio familiar y, para 1950, compraron con esos ingresos Purdue Pharma, una farmacéutica que, en sus inicios, generaba sus ingresos de la venta de eliminadores de cerumen de oídos, laxantes y iodopovidona, el antiséptico color naranja que se suele usar antes de las operaciones.

Los Sackler se ganaron el apodo de "los Medici del siglo XX".

Pero la entrada a la producción de analgésicos en la década de 1980 significó un gran salto para la empresa. Poco menos de un siglo después de su fundación, la empresa ya era un gigante farmacéutico mundial y había cambiado su sede a Stamford, Connecticut. Sin embargo, su gran éxito comercial llegó en 1995, cuando lanzaron al mercado el OxyContin, un medicamento para el dolor, a base de opioides, casi tres veces más fuerte que la poderosa morfina.

Una investigación publicada en el "American Journal of Public Health" indicó que, desde la aprobación del OxyContin, varias farmacéuticas se enfrascaron en una empresa de marketing y "sobornos" para convencer a los médicos de prescribir los opioides.

La epidemia que causó OxyContin

La epidemia de opioides en Estados Unidos empezó en la segunda mitad de la década del 90.

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos., "entre 1999 y 2019, casi 500.000 personas murieron a causa de una sobredosis relacionada con algún opioide, ya sea ilegal o recetado por un médico".

Según la Agencia de Investigación y Calidad de la Asistencia Médica de Estados Unidos, en 2016 murieron en el país más de 60.000 personas por sobredosis de opioides. Mientras, en 2014, cerca de 1.300 millones de personas fueron tratados por esta causa en hospitales y salas de emergencia.

Solo en 2019, alrededor de 136 personas murieron cada día a causa de una sobredosis de opioides y representaron más del 70% de las muertes por sobredosis de drogas. La crisis empeoró durante la pandemia de Covid-19 y las muertes por sobredosis de drogas se aceleraron, según los CDC, y aumentaron en un 38,4% desde junio de 2019 a mayo de 2020.

Para entonces no era ya el OxyContin el que estaba en su mayor uso: se había dado paso a la heroína y el fentanilo, una droga de producción casera 50 veces más poderosa que la primera. Pero en el OxyContin estuvo la base de todo, debido a las agresivas estrategias de marketing empleadas por Purdue Pharma para alentar el tratamiento del dolor crónico con opioides recetados y las tácticas que minimizaron el riesgo de adicción, fueron un factor clave de la crisis actual. 

De acuerdo con los especialistas, estos medicamentos sentaron las bases para la adicción y para la epidemia de opioides que ahora vive Estados Unidos, en cuyas calles proliferan las tristes e impactantes imágenes de los "zombies", vidas destruidas por la ambición desmedida de la familia Sacklers. 

Cómo impactan los opioides en la Argentina

Aunque la presencia del laboratorio Purdue Pharma no es tan fuerte en el país y la región debido al peso propio de otros laboratorios de origen local, el OxyContin y otros opioides de características similares están autorizados -al igual que en Estados Unidos por la FDA-, por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT) para su comercialización en farmacias, bajo estricta receta médica.

Opioides más vendidos en Argentina

Varios de los laboratorios más importantes de la Argentina venden tramadol, un tipo de opioide que está indicado para pacientes con dolor de intensidad leve a moderada. Según información a la que pudo acceder 0223, en julio de 2023, solo una de las empresas farmacéuticas que lideran el mercado local comercializó en el país más de 2 millones de unidades de esa droga, por un valor total de 4.500 millones de pesos. A su vez, recaudó por las ventas de analgésicos opioides del tipo N02A casi 9 mil millones de pesos, a cambio de 3.447 millones de tabletas. 

Según las autoridades del Hospital Fernández, un centro de referencia en el tema, sus toxicólogos atienden anualmente unos 80 casos de adicción a los opioides. Según detallaron los especialistas de ese centro de salud porteño, el número de pacientes se mantiene estable desde 2019 hasta ahora y los casos registrados se dan por consumos por fuera del sistema de salud o por un mal control médico.

Hay pocos datos oficiales con respecto a la adicción de estos medicamentos. De acuerdo al “Estudio nacional sobre drogas psicoactivas”, de la Sedronar, en 2017 el 6,2 por ciento de la población de 12 a 65 años había manifestado haber consumido esta sustancia sin prescripción médica. La proporción alcanzaba el 7 por ciento en el grupo de 35 a 49 años.

Desde la ANMAT, aclararon oportunamente que el Oxycontin, al contener un principio activo que se encuentra clasificado en la lista I” de la ley de 17.818 de estupefacientes, sólo puede ser prescripto por médicos matriculados mediante recetas extendidas en formularios oficiales. Estas recetas deben ser entregadas (original y duplicado) en la farmacia donde el profesional debe asentarlas en libros oficiales y enviar el duplicado a la autoridad sanitaria”.

Las recetas de OxyContin deben ser entregadas (original y duplicado) en la farmacia donde el profesional debe asentarlas en libros oficiales y enviar el duplicado a la autoridad sanitaria.

Si bien no se difundieron cifras actuales, se informó que “durante 2017 se oficializaron importaciones del producto Oxycontin por un total de 28.266 unidades correspondientes a sus diferentes concentraciones autorizadas, produciéndose una disminución durante 2018 a 24.200 unidades en total”.

En Argentina, el OxyContin es ofrecido por Mundipharma Pharmaceuticals SRL, un laboratorio de Estados Unidos que en 2016 se instaló en nuestro país. En un breve diálogo con el diario Clarín en marzo de 2019, Martín Gravano, gerente general del laboratorio, aseguró que el país "no lo vendemos mucho". "Es pequeño (a nivel mercado), para nosotros. No es muy utilizado en Argentina. Cada país tiene sus particularidades, y en Estados Unidos se toma mucho más", dijo al ser consultado por el polémico medicamento que causa estragos en el país del norte.

¿Se podría haber desatado una epidemia de opioides en el país, tal como sucedió en los Estados Unidos?. Ese interrogante permanece aún abierto y genera dudas sobre los alcances en la población de medicamentos hechos a base de esa potente droga, que solo debe limitar su uso para pacientes terminales de cáncer y debe ser administrada por los profesionales con sumo cuidado. 

Las diferencias entre las reglas de mercado de ambos países y el complejo entramado de estrategias de marketing y sobornos fueron los que salvaron a los pacientes argentinos de caer en la adicción, dado que la fortuna desembolsados por los Sackers fue el gran impulso del éxito del producto de "Purdue Pharma".

La inyección de millones de dólares en la promoción de OxyContin hubiese, seguramente, terminado con un triste resultado para la salud pública argentina. Sin embargo, la inversión no llegó a Sudamérica porque era poco rentable. El cálculo y la ambición de la poderosa familia terminó por jugar -en este caso y por ahora- a favor de los argentinos.