El teatro Colón cumple 100 años: pasado y presente de un emblema de la ciudad

La primera función en el actual edificio contiguo al Municipio se realizó en 1924. Desde entonces recibe a artistas de todo tipo. Historia de un espacio que se convirtió en el faro cultural de Mar del Plata.

El Teatro Colón es un símbolo de la cultura marplatense

2 de Junio de 2024 10:02

-¿Viste el Colón de Buenos Aires? Bueno, este es como ese colón, pero chiquitito, con escenario, fosa, palco, gallinero y paraíso, no tiene nada que envidiarle a los teatros comerciales de la ciudad.

Con el paso de los años, el Teatro Colón de Mar del Plata pasó a formar parte de los emblemas de la ciudad y este año, celebra su centésimo aniversario, pero su historia se remonta a finales de 1800.

Los registros de la época a los que tuvo acceso 0223 dan cuenta que, el 15 de octubre de 1882, los españoles residentes en la ciudad fundaron la Sociedad Española, por iniciativa de don Manuel Martínez, primer presidente de la entidad con la idea de contar con un teatro para todo el año en donde se pudieran organizar múltiples expresiones artísticas, entre ellas zarzuelas y romerías.

En un principio, la sala de  espectáculos funcionó en un caserío situado en la calle Rivadavia entre Córdoba y San Luis, en donde se representaban comedias y danzas tradicionales. Luego, se construyó una edificación en madera que se llamaba "El Pabellón", situado sobre la playa Bristol.

Una década más tarde, en un terreno lindero al Palacio Municipal, cedido por la Sociedad Española comenzó la construcción de un edificio diseñado especialmente para la actividad teatral inaugurada en 1893. El quehacer teatral se acrecentó, de tal forma que, 1923 la al mismo tiempo que crecía la cantidad de habitantes de la ciudad, la Sociedad Española de Socorros Mutuos decidió realizar una reforma total del teatro que deriva en la construcción de una nueva obra.

El proyecto se encomendó al arquitecto Ángel Pascual, y la construcción a Martin Marco. El nuevo local fue inaugurado en 1924. El edificio se transformó en un ejemplo de arquitectura de inspiración española enmarcado en la corriente estilística neocolonial con interiores mosaicos.

Ingresar al Teatro Colón es sumergirse en un edificio que conjuga el estilo neocolonial con la modernidad que ofrece la tecnología. Arcos flamígeros y pináculos, se integran con una pantalla que muestra e interior de la sala principal y una escultura de Willy Wullich, el hombre que durante 13 años no solo dirigió el teatro, sino que le dio el sentido de pertenencia que aún mantiene.

Dentro del teatro, en la oficina del piso superior al paraíso, Romina Capuccio, Jefa del Departamento de Programación del Teatro explica el funcionamiento del espacio que este año cumple un siglo y sostiene que algo que caracteriza al teatro, mas allá de la arquitectura y la historia que tiene es que todos los empleados tienen un amor especial por “el Colón”.

“Trabajé en la boletería, fui acomodadora, administrativa y hoy estoy acá”, dice orgullosa al tiempo que resalta que el Teatro Colón es uno de los pocos de la ciudad que cuenta con programación durante todo el año. “Los elencos lo piden siempre y tratamos de darles respuesta a todos”, dice la mujer que tiene a Willy como su gran maestro dentro del teatro.

Según explica Romina, el Teatro tiene tres épocas “fuertes”: vacaciones de invierno, temporada estival y Festival internacional de cine. “Ahora que se confirmó que se va aa hacer finalmente, ya tenemos la fecha apartada”, cuenta tras resaltar que durante el evento de magnitud internacional que está catalogado como único de primera clase en Latinoamérica, el teatro es la única entidad pública municipal que es sede del evento y es la única en la ciudad que cuenta con un proyector de cine de 35mm para films antiguos. 

Actualmente, el teatro cuenta con la agenda de programación completa hasta el mes de diciembre y sigue recibiendo pedidos de sala. Consultada sobre cuáles son los requisitos que debe cumplir una obra o evento que debe realizarse en el emblemático espacio, Romina explica que no son muchos. “La persona que pide la sala es consciente que está a la altura”, dice al tiempo que destaca que son pocas las ocasiones en las que se descarta el pedido y la decisión se debe a que, generalmente la sala fue solicitada en una fecha particular que ya no estaba disponible o porque el horario coincidía con los ensayos de la Orquesta o la Banda sinfónica.

“El escenario es el lugar de trabajo de los músicos, ellos vienen a las 8, arman toda la estructura y trabajan acá hasta las 18”, revela al tiempo que sostiene que el teatro permaneció a lo largo de su historia cerrado en dos oportunidades: En 2018, cuando se realizó una restauración profunda que incluyó el levantamiento de las butacas para quitar el alfombrado y laquear el piso original  y durante la pandemia.


La pandemia marcó un antes y un después para Romina. “Durante un mes el teatro estuvo cerrado porque había aislamiento… este es un edificio que tiene cien años y necesita mucho mantenimiento, siempre hay que estar haciéndole cosas. Te imaginas que un mes cerrado es un montón de tiempo”, dice. Fue la época en la que solo ella y una compañera de trabajo iban al teatro a abrir para que el personal de la empresa de limpieza pueda trabajar en el lugar.

El ángel del Teatro

"Cuándo volví a trabajar, las luces del gallinero y el paraíso se prendieron... dije es Willy que me está dando la bienvenida", cuenta. No es la única que vio al exdirector del teatro rondando la sala. Durante un ensayo, uno de los técnicos de una obra que se presentaba en la ciudad también asegura haberlo visto sentado en el palco. "Me lo describió tal cuál era él. me dijo que lo vio en el palco y cuando volvió a mirar ya no estaba. Yo no le dije nada nunca de cómo era Willy". dice.

Willy Wullich fue director del Teatro Colón desde 1997 hasta su fallecimiento en 2010 y uno de los referentes de la cultura local. "Era maravilloso trabajar con él, ver el amor que tenía por el teatro y el conocimiento que tenía", recuerda Romina.

 Guillermo Eduardo "Willy" Wullich había nacido en Buenos Aires el 30 de enero de 1944 fue un actor, productor y director argentino que desarrolló su carrera en cine y televisión, aunque se destacó más en teatro.

Fue amigo de José María Vilches, con quien trabajó en "El Bululú" y a quien acompañó en su fatídico accidente el 16 de octubre de 1984.

El 30 de agosto de 2010 por la noche, los empleados del teatro Colón quedaron en shock: Willy había ido a la confitería de la esquina del teatro, mientras tomaba un café se descompensó y le hicieron RCP hasta que llegó la ambulancia que lo trasladó a la Clínica 25 de Mayo donde falleció.