Proteccionismo, toreros españoles y toros sin cuernos: a 30 años de la última novillada marplatense

Una fuerte polémica, custodia policial a los toros para evitar su secuestro, un grupo de jóvenes navarros que deseaba reinstalar la tradición taurina y pedidos internacionales al Presidente para evitar la "corrida" fueron los protagonistas de la novillada de Mar del Plata.

La última corrida de toros terminó en encierro y se realizó el 24 de julio de 1994

22 de Julio de 2024 08:11

Durante años, Mar del Plata siguió al pie de la letra las tradiciones italianas y españolas traidas con las oleadas migratorias que devenían en grandes celebraciones populares. Pasó con la fiesta de los pescadores, las elecciones de reinas de belleza y con las corridas de toros. Esta última comenzó a realizarse en Plaza España en la década del 30 y tras una serie de ediciones dejó de conmemorarse hasta que, el Centro Navarro y el entonces intendente Mario Russak volvieron a poner el tema en agenda en 1993, tras anunciar que el 18 de julio del año siguiente se realizarían los festejos de San Fermín, ocasión en la que incluiría una corrida frente a la municipalidad. El anuncio instaló una fuerte polémica que devino en la celebración de la fecha religiosa una semana más tarde con festividad pagana incluida sin la "coronación del toro" en medio de un cambio de paradigma en torno a qué era considerado entonces el maltrato animal.

Ante el asombro de los periodistas convocados en el lugar, ambos repetían que "los corredores serán exclusivamente miembros de la colectividad vestidos a la usanza navarra" y que, al igual que en 1935, no se realizaría el cierre del espectáculo con la coronación del toro. 

La repercusión del anuncio fue tal que hasta el propio presidente Carlos Menem recibió un fax de la actriz Brigitte Bardot para que detuviera los preparativos de la celebración. Lo que siguió fueron presentaciones de recursos de amparo de sociedades protectoras de animales y Fauna Argentina, por entonces presidida por Antonio Lorenzani, además de numerosas declaraciones de repudio por los festejos.

Los cuatro novillos que participarían de la corrida -que fue derivando en un encierro de toros- eran custodiados para evitar un “secuestro” que paralizara la fiesta. Finalmente, el sábado 17 de julio, la Cámara Federal rechazó la acción de amparo y poco después de las 22, más de 100 policías custodiaban el circuito que comprendía Mitre, desde Rivadavia a Luro, y la avenida hasta Irigoyen.

El domingo 24 de julio hacía frío y el cielo estaba amenazante, pero eso no detuvo a las miles de personas que se acercaron a ver a los ocho corredores joteros llegados de Navarra que se sumarían a los 80 corredores del centro local y le pondrían color a la jornada. A mediodía, el intendente dio el “chupinazo” y dio comienzo a la festividad al grito de “Viva San Fermín” tras cuatro horas de demoras por los incidentes registrados con diferentes activistas que intentaron detener las celebraciones.

"Uno de Enero, dos de Febrero, tres de Marzo, cuatro de Abril, cinco de Mayo, seis de Junio, siete de Julio San Fermin. A Mar del Plata hemos de ir, con una media, con una media, con una media y un calcetín", cantaban los navarros llegados a la ciudad tras la confirmación de la celebración vestidos con sus trajes típicos.

Las expectativas del público eran inmensas. El corral se abrió, los cuatro novillos salieron y los corredores españoles se sorprendieron por la temprana edad de los animales. “Les faltan cuernos, no son tan grandes como nos dijeron, pero son las primeras novilladas que se hacen en Mar del Plata”, dijo uno de los toreros a Canal 10.

De los cuatro novillos elegidos para participar del encierro, dos salieron corriendo en el asfalto mojado, trastabillaron y uno cayó, sobre él un corredor quedó tumbado. Los dos restantes se "empacaron" y n querían caminar por las calles marplatenses. Los rescatistas se reian por el bochorno de la corrida. Los "toreros" superaban ampliamente la cantidad de animales y quedaban corriendo muy atrás de los animales a los que tenían que "torear" para que corran. "Fue muy rápido, rapidísimo", dijo uno de los toreros sorprendido por el breve recorrido que realizaron.

Tras “la encerrona”, que duró unos minutos, el veterinario Juan Roberto Márquez, que había sido designado como veedor del espectáculo, confirmó que pese a las caídas que sufrieron dos de los animales, no resultaron heridos. "Este encierro no tiene ni punto de comparación con la yerra”, indicó.

En 1994 se realizó otra celebración de San Fermín con encierro de toros incluida, en la que se constató la lesión de tres de los cuatro animales utilizados para el espectáculo. Mientras que para la edición de 1995, ante el aumento de las manifestaciones en rechazo de la festividad, una semana antes las autoridades del Centro Navarro del Sud anunciaron la suspensión de los festejos y pusieron fin a una tradición que había comenzado casi un siglo antes.

Corridas sin pinchos y con espadas de madera, la adaptación marplatense de las yerras

Los registros de Mar del Plata dan cuenta de la primera novillada en 1932 y el lugar elegido para la actividad fue el campo de deportes del Club Mar del Plata. De acuerdo a los registros de la época, se realizó una corrida de toros en Independencia y Alberti, la cual fue organizada por el empresario Antonio Fuentes y contó con la colaboración del presidente del Club, José María López García. Debido al interés que generó el anuncio en la población y la contradicción del espectáculo con la normativas provincial y nacional que prohibían las “corridas, lidias y parodias”, el empresario se contactó con el entonces comisionado de Mar del Plata, Antonio Vignolo, quien promovió una ordenanza para la realización para corridas de toros sin efusión de sangre, con “banderillas sin pincho ni rejón” y con espadas de madera en el simulacro de matanza. "La primera experiencia fue a fines del siglo XIX en Córdoba y Belgrano y que casi fracasa porque el torero entró en pánico escénico", reveló el historiador Rubén Calomarde.

“Los dos espectáculos taurinos realizados en ese lugar se vieron coronados por el mayor éxito, en el que actuaron los toreros españoles, especialmente contratados para esas corridas. Participaron los matadores Alejandro Sez “Alex” y Manuel “El Malagueño” con sus cuadrillas, Baquerito, Relampaguito y Titi”, rezan las crónicas de la época.

Dos años más tarde, se creía que el espectáculo se repetiría pero, esta vez, a gran escala. En Plaza España se había montado la Exposición Feria con un anfiteatro que la comunidad ibérica consideraba que serviría como escenario ideal para los espectáculos taurinos y así se anunció en los medios de comunicación. Sin embargo esto provocó el rechazo de la Sociedad Argentina Protectora de Animales, entidad que realizó diferentes acciones que derivaron en la cancelación del show.

Pero el 10 de febrero de 1935, la Exposición Feria Parque se inauguró con un “monumental edificio” con capacidad para 8 mil personas y, de acuerdo a las crónicas del Diario La Capital y al relato del historiador Rubén Calomarde, el empresario Jaime Yankelevich se hizo cargo de la concesión del espacio para que Mar del Plata tuviera su Plaza de Toros.

El espectáculo inaugural contó con la presencia del afamado matador Pedro Barrera, que había sido contratado junto a Rayito II, Alé, Cásico y Torerito de Málaga, para torear 9 novilladas “a la manera portuguesa”. El público estaba maravillado con la presentación de Barrera, considerado “la tercera muleta de la torería española” y quien, ante las consultas de la prensa, respondía que para ser torero “solo había que arrimarse”. La última novillada en Mar del Plata se realizó el 25 de marzo de ese año y, para satisfacción de los vecinos de la zona, la plaza fue demolida para avanzar en el pedido de apertura de la calle Chacabuco.