De salón de baile a ser una trinchera cultural: los 80 años del Auditorium en las voces de sus protagonistas
El edificio fue inaugurado en 1939, pero en los primeros años en donde hoy se encuentra la sala Astor Piazzolla -ex sala Auditorium-, funcionaba "Dancing", un salón de baile para la elegante sociedad marplatense.
El Teatro Auditorium celebró este martes sus 80 años. El tradicional Centro de Arte, referente de la ciudad, tiene una historia particular que se remonta a 1939, cuando el entonces Gobernador Manuel Fresco autorizó la demolición de la Rambla Bristol para dar paso a una nueva rambla con un estilo moderno. El arquitecto encargado de llevar adelante el ambicioso proyecto no fue otro que Alejandro Bustillo, que se propuso realizar dos edificios en espejo separados por una gran plaza seca frente al sector más transitado de la costa marplatense.
El 22 de diciembre de 1939 quedó inaugurado el edificio del Casino Central. Durante sus primeros años, donde actualmente se encuentra la sala Astor Piazzolla -ex sala Auditorium-, funcionaba "Dancing", un salón de baile en el que la la elegante sociedad marplatense compartía una velada acompañada de orquestas de la época.
A partir de 1944 este ámbito se convirtió en el espacio cultural de la Lotería Nacional de Beneficencia y Casino. Las autoridades se interesaron en lograr la transformación del recinto donde funcionaba "Dancing" en el Salón Auditorium, ámbito propicio para el desarrollo cultural de la ciudad. Desde entonces, el salón del Casino se fue transformado en un amplio "auditorium" con capacidad para 1.000 personas.
La sala se inauguró el 20 de enero de 1945, comenzando así una etapa auspiciosa en la vida de la ciudad turística. La temporada inaugural se inició con un ciclo de grandes conciertos, con la participación de la Orquesta Filarmónica de la Asociación del Profesorado Orquestal de Buenos Aires, con ochenta ejecutantes, y a cargo del gran maestro Héctor Panizza. De la programación dedicada al mundo infantil, se destaca la exitosa y prolongada actuación del afamado conjunto "Piccoli de Podreca".
Es una mañana ajetreada en el Teatro. En el foyer se ultiman los detalles de escenografía para la celebración inmersiva que se realizará por la noche, arriba, Vito Amalfitano, director del Teatro, brinda una entrevista tras otra, en la oficina contigua se arma la lista de invitados confirmados y pendientes, “Pasen chicos, es una mañana movida”, dice amable el funcionario.
“Es un honor muy especial estar en este momento y en este lugar, Es un honor que me han conferido Fernanda Raverta y Florencia Saintout y me toca ser el director que está a cargo del teatro en el 80 aniversario”, dice el hombre que sigue definiéndose como periodista “porque uno nunca abandona el oficio del todo”.
Para Amalfitano, el apuntalador de su gestión es Marcelo Marán, ex director del Teatro y actual director de Arte de la Provincia de Buenos Aires. “Es un gran apuntalador para mí, es una fuente de consulta, como ex director del teatro y como actual director de arte. Continuamos con muchas de las políticas que ya había impulsado Marcelo”, explica.
“El Auditorium está muy bien en contraste con lo que pasa con la cultura a nivel nacional. Hemos sumado una sala, ahora contamos con seis alas en total con una programación de calidad. Este teatro nació hace 80 años, celebramos los 80 años con 80 espectáculos. En lo que va de la temporada pasó Carola Reina, pasaron Julieta Cardinal y Vera Spinetta dirigidas por Rita Cortese, ahora está en cartel Otelo, vuelve El Brote, Fabian Vena….”, enumera el director consultado por la actualidad del Teatro.
En esta línea agrega que continúa con la política de cultura comunitaria. “Es una política que ya desarrollaba Marcelo y que continuamos, seguimos llevando el teatro a los barrios, traemos las escuelas al teatro que en muchos casos son la posibilidad no solo para que conozcan el teatro sino para que, aunque parezca mentira, muchos chicos de Mar del Plata conozcan el mar”, dice.
A lo largo de la charla, Vito se aparta de su rol de director y recuerda cuál fue su primer acercamiento al Auditorium. Si bien es un espacio relacionado con el teatro, Vito prefería los ciclos de recitales. “Lo primero que vine a ver al Auditorium fue a León Gieco, yo lo seguía a León… Bueno, pasaron todos por acá, Charly, Spinetta”.
Una de las referentes entre las empleadas históricas del Teatro es, sin lugar a dudas, la actriz Ema Burgos. Sentada en el foyer del Teatro, abstraída de los golpeteos de martillo sobre una tarima que será el soporte de la bandeja del DJ que tocará por la noche, la actriz y actual integrante de la Asociación Amigos del Teatro Auditorium confiesa que tuvo la suerte de sumarse al Teatro en los albores de la democracia. “Por suerte empecé a vivir en este teatro la época de mucha ebullición, de volver a ponerlo en pie para todo el público. No viví la época de facto en la que el teatro estaba dirigido a una elite”, dice.
Burgos ingresó en 1999 al teatro como Secretaria de dirección. Marcelo Marán había asumido como director y quería a alguien de confianza para que lo acompañe. “Yo venía de la actuación, Marcelo había sido mi director teatral le dije que sí y empecé. Tuve la suerte de quedarme después que finalizó su primera gestión y pasé por todas las áreas”, recuerda.
Ese paso por todas las áreas que van desde la programación a la producción le permitió adentrarse en cada espacio del teatro y afianzar su sentido de pertenencia al punto que una vez jubilada pasó a formar parte de la Asociación Amigos del Teatro Auditorium y, actualmente forma parte del elenco de Otelo que de jueves a domingo se presenta en la sala Astor Piazzolla.
“Trabajé en producción, programación artística. Si bien no es un teatro de producción, hemos hecho muchas producciones, sin dinero, con ropa prestada, estuve en las visitas guiadas…. Este teatro es magnífico y es nuestro. Es una mole que te impone solemnidad, pero es de todos y es importante que se tome conciencia”, explica, mientras agrega que es un espacio en constante movimiento en el que no se puede descansar un momento. “Termina el festival de cine, empieza la temporada, después la programación de invierno, nunca para”, cuenta.
Si le dan a elegir una de las áreas por la que pasó, Burgos no duda y se inclina por la producción: “Te involucra con todos los artistas, maquinaria, técnica, vestuario, maquillaje, te relacionás con el exterior”.
Antes de ser parte de la planta permanente del Teatro, Ema realizó, en su rol de actriz, funciones de teatro leído junto al recordado Jorge Taglioni. “Hicimos el conventillo de la paloma y Mateo en la sala Payró, después pasamos a la Nachmann”, rememora la mujer, que actualmente forma parte de Otelo, obra que se presenta en la sala Astor Piazzolla. “Es la sala ícono de Mar del Plata, es un lujo estar ahí pero sí, mete miedo, te sentís chiquita ahí arriba”, cuenta entre risas mientras asegura que, para ella, hacer un clásico de Shakespeare en verano con sala llena es “haber ganado”.
“El Auditorium es una representación del Estado en Mar del Plata y en la Región. Es el Estado presente. Es de nosotros este teatro, hoy festejamos los 80 años y creo que hay que concientizar, no hay que dejar que se derrumbe. Hoy la cultura está en una trinchera, esperando a ver de dónde nos van a disparar y este teatro para mí es un lugar de resistencia, porque el arte es resistencia”, asegura.
Lo que significa el Teatro en el sentido de pertenencia, colaciones de grado hay miles de marplatenses tienen historias.
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