"Cuando la rambla era de madera...": hace 136 años se inauguraba "el centro más amable, movido y palpitante de la vida marplatense"

En los 150 años de la ciudad, fueron cuatro las ramblas que a su manera embellecieron el paseo costero. Historia de las postales de la ciudad.

La Rambla Bristol fue la más fotografiada por su majestuosidad. Foto: Archivo General de la Nación

22 de Septiembre de 2024 08:12

1888, costa indomable maderas de tres metros de ancho sujetas con gruesos clavos hacían una improvisada rambla para que los primeros turistas paseen por la costa  Durante dos años, esa fue la rústica postal de la incipiente Mar del Plata que, con la llegada del ferrocarril se comenzaba a posicionar como un destino turístico para las familias de alcurnia 

Un temporal puso fin al rústico paseo. Entonces, según relata la profesora de Historia Melanie Mandagarán en su artículo “La Rambla, un emblema de La Felíz, “Al enterarse de esto Carlos Pellegrini, por entonces presidente de la Nación, recolectó dinero para realizar otra y surgió así la Rambla Pellegrini”, dice. Hasta la noche del 8 de noviembre de 1905 cuando un feroz incendio intencional puso fin al paseo.

El diario La Nación da cuenta de la fatalidad que además afectó a viviendas linderas a la Rambla Pellegrini: "Es allí donde ha estado localizado el centro más amable, más movido y más palpitante de la vida marplatense, allí donde el coro del mar canta siempre sus arrullos, donde la brisa envuelve con su caricia, donde las mujeres más bonitas y más elegantes de Buenos Aires lucen, a pleno aire, la frescura de su tez y la gracia de su sonrisa", dice la crónica de la época.

Entonces, ante la tragedia en tiempo récord, se construyó sobre las ruinas, la Rambla Lasalle -también de madera- que, a diferencia de su antecesora contaba con comodidades nunca vistas en la ciudad: cafés, restaurantes y espacios de reunión se convirtieron rápidamente en los sitios obligados de la elite porteña que se afincaba cada verano en Mar del Plata. Hay quienes aseguran que la construcción pudo concretarse en menos de cien días gracias al aporte de los propietarios de los casinos que cada verano desembarcaban en la ciudad.

Pese al entusiasmo inicial, la construcción dio en pocos años paso a una de las más emblemáticas ramblas de Mar del Plata: La rambla Bristol. La obra - que fue todo un símbolo de la Belle Epoque local, duró dos años y tenía el estilo de arquitectura francesa que tanto añoraba la aristocracia de entonces y se realizó integramente con materiales traidos de Europa. Fue la primera rambla realizada en cemento. “Elegante y majestuosa”, tal como la describen Elisa Pastoriza y Juan Carlos Torre en “Mar del Plata: un sueño de los argentinos”, la Bristol no tenía nada que envidiarle a Biarritz. Quedó formalmente inaugurada con gran pompa el 19 de enero de 1913. Al acto central, según consta en los diarios de la época no faltó nadie

“La inauguración tuvo su costado luctuoso: por el mal tiempo se precipitó uno de los aviones que volaba de El Palomar a Mar del Plata para asistir a la ceremonia y murió su piloto: Manuel Félix Origone, quien se convirtió en la primera víctima fatal de la aeronavegación argentina. El biplano cayó en Domselaar (provincia de Buenos Aires), en una calle que hoy lleva el nombre del malogrado aviador”, sostiene Daniel Balmaceda en su racconto para el Diario La Nación

“La Bristol”, el gran emblema de la Mar del Plata de la elite estuvo en pie durante treinta años. Tal como adelantamos en la nota "Lobos marinos de piedra: la primera obra pop argentina", en 1939 el Gobernador Manuel Fresco autorizó la demolición de la Rambla Bristol para dar paso a una nueva rambla con un estilo moderno. El arquitecto encargado de llevar adelante el ambicioso proyecto no fue otro que el Arquitecto Alejandro Bustillo que se propuso realizar dos edificios en espejo separados por una gran plaza seca frente al sector más transitado de la costa marplatense.

De acuerdo a la la explicación del investigador de la Universidad Nacional de Mar del Plata (Unmdp) Marcelo Pedetta en “Última bola. Políticas públicas y prácticas sociales en los casinos nacionales en torno a los años 60”, Fresco tuvo mucho que ver en la construcción del Casino Central de Mar del Plata.  “La llegada del conservador Manuel Fresco al gobierno provincial (1936) coincidió con el proceso de cambio de carácter que experimentó Mar del Plata al dejar de ser una villa balnearia exclusiva en el camino de conversión en una ciudad turística de masas”, explica el investigador que subraya que dentro del plan general para reestructurar la ciudad a través de la obra pública el gobierno bonaerense se apropió de las salas de juego, aunque no las explotaba de forma directa.

La gran obra comenzó en 1939 y, para ella, Bustillo se inspiró en la parisina Place Vendôme y el estilo Luis XIII: grandes bloques de piedra Mar del Plata, ladrillos vista y techos con teja pizarra negra contienen los más de 77 metros cuadrados que alojan recovas y siete plantas colmadas de detalles de decoración.

La construcción del edificio llevó un año y, el 22 de diciembre de 1939, el Casino Central abrió sus puertas. Durante años, el Casino aceptaba únicamente el ingreso de hombres y mujeres con ropa de gala, regla que garantizaba que el público que llegaba a las grandes salas de juego pertenezca a la alta burguesía que llegaba a la ciudad para disfrutar del verano y destinaban pequeñas fortunas para los juegos de azar.

La plaza seca proyectada por Bustillo desembocaba, escalinatas de piedra mediante, en la Playa Bristol, pero las escalinatas necesitaban alguna figura que las enmarque y, para ello se contrató al escultor José Fioravanti que inspirado en la historia de la fauna marplatense decidió homenajear a los Lobos Marinos ya que estos fueron los primeros habitantes de “la Feliz”. Así, 70 años antes que Marta Minujín realice una réplica de alfajores, Fioravanti se dio a la tarea de esculpir dos monumentales figuras de piedra convirtiéndose en el precursor del arte pop sin saberlo.

En efecto, la obra, íntegramente realizada en cuarzo arenita, popularmente conocida como Piedra Mar del Plata es proporcional a los edificios que custodia y tiene seis metros de alto por 13 metros de ancho fue realizada en la cantera modelo Sud Atlántica de Estación Chapadmalal, que pertenecía a Herman Wachnitz.

De acuerdo a los informes a los que tuvo acceso 0223, no hay un registro escrito sobre los meses de trabajo que el escultor destinó al tallado de ambas piezas, aunque sí hay material fotográfico que registra las horas de trabajo. Esto es algo común en el ambiente artístico y, en la época en la que se realizaron las piezas, había gran cantidad de extranjeros que se desempeñaban como empleados en talleres de grandes artistas.

Pero, la construcción de la rambla, tal como la conocemos en la actualidad finalizó en 1950.