Era empleado bancario, obtuvo un récord argentino de atletismo y fundó el club de running más grande de Mar del Plata: la historia de Jorge Monín

Se cumplen cuarenta años de la hazaña de Jorge Monín, retirado como corredor sigue atento el desarrollo de los atletas del club que fundó en 2001. En diálogo con 0223 recordó su trayectoria deportiva.

Jorge Monin obtuvo el record argentino en 5 mil metros llanos hace cuarenta años con 14 minutos 02 segundos

11 de Octubre de 2025 16:34

Un grupo de corredores trota en el Parque de deportes aprovechando que las lluvias que signaron el domingo quedaron atrás y es sol brinda una jornada apropiada para hacer deporte al aire libre. Atrás del Patinódromo, en la Asociación Atlética Marplatense mientras un grupo hace abdominales, Jorge Monín hace un alto en su trabajo, deja la bordeadora apoyada en el árbol y nos recibe con un gesto amable. “Acá hay que agarrar la bordeadora, ya corté el pasto en las canchitas”, dice. Es que desde que dejó de correr, Jorge se ocupó de darle vida a JM Corredores, el grupo de running más grande de Mar del Plata y la zona en el que además de fundador y entrenador es el encargado de las tareas de mantenimiento del espacio. Este sábado, se cumplen cuarenta años desde que “el jefe”, como le dicen los integrantes del club, obtuvo el récord argentino en 5 mil metros llanos, destronando nada menos que a Osvaldo Suárez, durante la inauguración de la pista sintética del Cedena, actual Centro de Alto Rendimiento (Cenard), pero la historia de Jorge empezó mucho antes.

Jorge empezó su carrera como atleta para darle una mano a sus compañeros de curso de la Escuela Nacional de Comercio que necesitaban un atleta para completar el equipo de Cross. “Yo estaba en cuarto año, hacía basquet”, recuerda. La prueba en cuestión consistía en una vuelta al Tiro Federal, es decir 2500metros. Corrió y entró segundó, atrás de Horacio Martín. “Acá no había nada, era como ir a Parque Camet. Lo único que había era el velódromo y adentro una pista de atletismo”, recuerda. 

Al año siguiente participó como atleta en el Maratón Intercolegial. “Ahí ya corrían los federados, iban los colegios grandes. El día de la carrera ya no quedaban remeras técnicas y le dijeron que vaya con una remera blanca. Corrió y ganó, entonces el profesor y entrenador Fernando Rodríguez Facal se acercó a hablar con Jorge. “Me dijo que tenía condiciones, si me interesaba y empecé, a los ponchazos”, recuerda.

Jorge empezó a correr a los 16 años. Foto: Gentileza Flia Monín

Terminó el secundario, empezó a cirsa Ciencias Económicas y competir en la universidad. Al poco tiempo empezó a trabajar en el Banco. “Eso me ordenó, me dió un horario, estabilidad…”. Entonces comenzó junto a su mentor un plan de entrenamiento a largo plazo. Era un programa de dos etapas de cuatro años cada una. La primera etapa era una base y la segunda de preparación para convertirse en un atleta internacional.

“En la categoría juveniles hice “dos o tres récords”  de 3 y 5 mil”, dice como al pasar. Era otra época, eran muy pocos los que salían a correr por la costa, que era muy natural. No había smartwatch para medir pulsaciones, ni clubes de running, ni gran variedad de calzado, no se hablaba de geles, electrolitos, recuperadores carbo. “No existía todo eso”, explica. “Salias a correr por la costa y te decían que vayas a trabajar, pensaban que estabas loco. Mis compañeros de trabajo me tenian como el que corre. Imaginate que era cajero, un trabajo sedentario y estresante. Correr era entrar a un tubo. A los 20 minutos de correr me envía mejor, terminaba el entrenamiento y los problemas habían desaparecido”

Jorge Monín y Osvaldo Suárez.Jorge empezó a correr a los 16 años. Foto: Gentileza Flia Monín

Cuando llegó a la categoría mayores, en la primer competencia de cinco mil metros, en 1976 entró quinto con un tiempo de 14:52 “El primero me sacó una vuelta me acuerdo”, dice entre risas y entrenaba con el objetivo de bajar 25 segundos por año. Dos años más tarde clasificó para los Juegos Odesur y tuvo marca para integrar la Selección Argentina y compitió en los Panamericanos de Puerto Rico. Para 1980, saabiendo que estaban fuera de los Juegos Olimpicos de Moscú porque Argentina apoyaba el boicot estadounidense, comenzaron a buscar pruebas importantes. “Sabíamos que a Moscú no ibamos a ir, entonces planificamos correr en octubre en la inauguración de la pista de atletismo de Buenos Aires e ir al norberto waita en Chile y en esos dos grandes torneos tratar de hacer la mejor marca que teníamos pensada…. me acuerdo que entrenaba durisimo, corríamos aprontes solos y ahi nos dimos cuenta que estaba cerca. Me di cuenta que estaba cerca, pero nunca pensando en el record”, relata.

Llegó a Buenos Aires y se encontró con un torneo fascinante: “Nunca había visto algo igual, fue un torneo de esos que son de no creer. Habian armado tubulares todo al rededor de la pista. Habia 20 mil personas en el público. Estaban los mejores corredores”, recuerda- Jorge corrió los 5 mil metros llanos y frenó el cronómetro en 14:02 y destronó a Osvaldo Suárez. “Entré cuarto con récord argentino. Eso me abrió las puertas. me empezó a auspiciar Adidas. En el 81, en compensación por no haber ido a los JJOO a los atletas de la selección nos ofrecieron hacer la temporada europea, la Golden Liga, que hoy es Liga de Diamante. San Sebastián, Vigo, Madrid, Berlin. La idea era volver de Europa e ir al sudamericano, pero el sudamericano lo hicieron en Bolivia y no llevaron fondistas”.

El pedido que dio origen a “la marea roja”

“Vos naciste acá adentro”, le grita alguien que pasa al trote por las inmediaciones de la Pista de Atletismo Justo Román. Jorge corrió hasta los 55 años. En el 2001 los vaivenes económicos del país hicieron que negocie su retiro anticipado del banco. “Entonces me encontré con qué hago. Mi vida era el banco, correr, tenia esa estructura….y un día vino un atleta y me preguntó si sabía de algún entrenador. Yo había hecho cursos y le dije, te entreno si querés. Cada tanto iba alguien al banco y me consultaba por una  puesta a punto o preparar una carrera”, recuerda.

“El Mono” no olvida al primer atleta que entrenó: “Le dije que lo esperaba en la plaza España. lo acompañé en bicicleta hasta Camet y volvimos y al día siguiente vinimos a la pista”. La pista de atletismo tampoco era lo que es ahora. “Iba muy poca gente. Ahi me vieron algunos y me dijeron que querían entrenar conmigo y se armó un grupo de 20 personas”.


 
“Un día en un asado dijimos hay que ponerle un nombre al grupo y dijeron Jorge Monin, yo no quise y entones propusieron jm y el rojo y amarillo (los colores que identifican al grupo) quedaron no se por qué”, dice.

Pero, reconoce Jorge quién le dió el gran puntapié al grupo fue Ezequiel, su hijo y actual entrenador del club de corredores. “Ezequiel empezó a entrenar y cuando terminó la secundaria empezó a trabajar conmigo en el club. El fue el que le dio el puntapié al club. El fue el imán que atrajo a la gente”, dice orgulloso.

"Ezequiel fue un imán para atraer gente", dice Jorge Monin. Foto: Gentileza Opensports

Hoy JM Corredores tiene aproximadamente 400 socios y representación en la zona y en las provincias de Catamarca, Salta y La Rioja. Para los Monin no hay diferencias en el trato para atletas de elite y corredores aficionados. “Eso de andá corre y volvé no sirve para nosotros”, dice Jorge. Por su parte, Marcela Araujo, encargada desde 2009 del área administrativa, coordinadora del área infantil y entrenadora del club explica que en JM buscan “transmitir el atletismo de antes, somos todos iguales, busco transmitir lo que vivi como atleta”, dice al tiempo que agrega que más que un grupo de running “JM es una familia y tratamos que todos lo vean así”, explica.

“Acá viene gente de todas las profesiones y estratos sociales. La elite y el corredor aficionado son iguales para nosotros. El trabajo que se hace con el federado lo hacemos con cualquier persona, porque buscamos que en su nivel cada uno sea un poco mejor, apostamos a la superación personal. El nivel surge de la cantidad de gente, del trabajo que se hace y del tiempo que se dedica, pero se le presta la misma atención a todos los atletas. Buscamos que puedan ver a través del atletismo que hay otras posibilidades”, cierra Jorge, el hombre que atesora mil historias y para el que el atletismo es una forma de vida.