Estaba en una fiesta, recibió un tiro por la espalda y quedó semipostrado: “De un día para el otro le arruinaron la vida”

Por el ataque, nadie salió de testigo y se cerró la causa. Ahora la familia de la víctima, de tan solo 20 años, intenta desesperadamente reabrir el caso y busca ayuda médica y legal.

El dramático relato de su mamá.

8 de Agosto de 2025 21:03

Por Redacción 0223

PARA 0223

Franco Hermida (20) jamás podrá olvidar la madrugada del 28 de julio de 2024, cuando se divertía con amigos en una fiesta y recibió sorpresivamente un balazo en la espalda que le causó gravísimas secuelas y le cambió la vida. “Por el caso, nadie salió de testigo y la causa se cerró. Franco a veces no quiere vivir más por los dolores”, contó angustiosamente a 0223, su mamá, Victoria.

El hecho ocurrió en las primeras horas de ese domingo en la zona de Castelli, entre Arrué y Termas de Río Hondo, cuando en medio de una juntada de jóvenes, se escuchó un disparo y el ruido del escape de una moto que se alejaba rápidamente del lugar. “Eran unos 20 chicos y estaban en el patio delantero cuando en un momento sale una chica de la casa y se pone a hablar con un hombre en una moto roja. Y luego volvió enojada. Al rato pasa la misma moto, de alta cilindrada y este tipo tira un tiro, que le pega a la espalda de mi hijo”, relató Victoria.

 A los minutos un patrullero de la comisaría duodécima se acercó al lugar y pidió con urgencia asistencia una ambulancia del Same, que finalmente trasladó al joven al Hospital Interzonal, donde fue sometido a diversas curaciones.

Cuando la justicia quiso actuar, no encontró testigos: primero una chica había dicho que vio algo y que este chico tiró ese tiro «de maldito». Luego se echó a atrás. Y la que la invito a la chica que habló con el motociclista, tampoco. Y encima no hay cámaras. Por todo esto la causa quedó archivada”, explicó la mamá de Franco.

Un año después del demencial ataque, la vida de Franco no encuentra consuelo. “Mi hijo quedó con gravísimos problemas de salud porque no siente la pierna izquierda. Usa bastón canadiense y una valva dinámica, que debe usar para que no se le deforme el pie. Y tiene que usar un catéter para ir al baño. Muchas veces llora porque no quiere vivir con esos dolores”, aseguró.

Nos sentimos desamparados porque encima de todo esto, en el hospital no lo quieren operar porque los médicos consideran que es riesgosa la intervención. Y necesitamos de un abogado también. Franco era un chico alegre, que trabajaba, vivía sin problemas y que de un día para el otro le arruinaron la vida. Está viviendo una pesadilla. Queremos reabrir la causa y al menos encontrar justicia”, concluyó.