Bomba: una gigante cadena de comida rápida se va de la Argentina

El grupo mexicano que tenía la firma a su cargo decidió poner en venta los más de 100 locales en el país.

Varias empresas se relamen para hacerse cargo de la marca.

30 de Septiembre de 2025 09:10

Por Redacción 0223

PARA 0223

El mercado argentino de comida rápida recibió una tremenda noticia: Burger King podría cambiar de manos tras la decisión del grupo mexicano Alsea de poner en venta sus 116 locales en el país. La operación forma parte de un plan regional que también incluye sus negocios en Chile y México, luego de que la compañía ya le vendiera la franquicia en España al fondo inglés Cinven. Pese a esta desinversión, Alsea no se retirará por completo del territorio nacional, ya que mantendrá la operación de Starbucks, una de sus marcas más rentables.

Entre los interesados en adquirir la cadena figuran varios jugadores de peso. La empresa argentina DGSA, dueña de Kentucky, Sbarro y Chicken Chill, aparece como candidata fuerte por su experiencia en locales de gran volumen. También está Inverlat, fondo con pasado en la gestión de Wendy’s y KFC en el país, lo que le otorga conocimiento del mercado local. Otro nombre en danza es el grupo ecuatoriano Int Food, que ya desembarcó en la región adquiriendo las mismas firmas y busca ampliar su presencia en Sudamérica.

La iniciativa podría atraer además a fondos internacionales, interesados en capitalizar una eventual recuperación del consumo en el mediano plazo. La decisión final marcará el futuro de la segunda cadena mundial de hamburguesas en la Argentina, que hoy enfrenta un escenario de creciente competencia y márgenes reducidos: para facilitar la venta, Alsea contrató al banco BBVA, encargado de contactar potenciales compradores entre inversores y compañías gastronómicas.

Burger King, fundada en 1954 en Miami, llegó al país en 1989 y actualmente tiene presencia en 11 provincias. Sin embargo, su negocio local sufre la presión de rivales directos como McDonald’s, que lidera el mercado; y Mostaza, que creció de manera agresiva con precios más competitivos y rápida expansión. Además, la irrupción de hamburgueserías gourmet atrajo a un público dispuesto a pagar más por calidad y experiencia, obligando a las grandes cadenas a adaptarse en productos, delivery y marketing.

El contexto económico tampoco ayuda: según la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC), el consumo en el rubro cayó un 20% desde marzo. La apreciación del dólar, la baja del turismo y la pérdida de poder adquisitivo explican gran parte de la crisis. En la Ciudad de Buenos Aires, restaurantes y cadenas enfrentan mesas vacías y cierres de locales.