World Football Idol: el reality fallido que unió en Mar del Plata a Maradona, Duran Duran y un estafador con un destino de calle

En 2007, un excéntrico empresario jamaiquino prometió fabricar una estrella del fútbol mundial con un reality show en la ciudad de Mar del Plata. Lo que comenzó con un Lamborghini amarillo, la presencia de Diego Maradona y la banda Duran Duran, terminó en un rotundo fracaso: no hubo ganador, ni gloria y el propio organizador, Max Higgins, acabó viviendo en la calle. Esta es la historia de una de las mayores estafas mediáticas.

Max Higgins y su promesa de llevar a cabo un reality capaz de fabricar la próxima estrella mundial del fútbol.

7 de Septiembre de 2025 10:34

En el año 2007, un muchacho altísimo, excéntrico, negro y jamaiquino recorre la ciudad de Mar del Plata en un Lamborghini amarillo. Se presenta como un importante empresario, filántropo e inversionista, lleno de contactos financieros y figura global del espectáculo. Dice llamarse Emile Maxim St. Patrick Higgins, o Max Higgins, como se lo conoció popularmente, y llega cargado de promesas. Pero una de ellas sobresalta del resto: llevar a cabo en esta ciudad un reality capaz de fabricar la próxima estrella mundial del fútbol.

La promesa dorada

En los medios de comunicación locales, comienza a aparecer un aviso que parece importado de otro mundo: World Football Idol. El formato, con el sello personal de Higgins, propone una competencia para adolescentes, una vitrina para “pibes con talento futbolístico” que quieran patear la puerta del destino. El premio: 100.000 dólares, una prueba en el club del mundo que elija el ganador y una vuelta por Mar del Plata en el Lamborghini Diablo del propio Max.

El escenario elegido es el estadio José María Minella. La fecha, el sábado 12 de mayo. Higgins alquila el estadio municipal, que dependía del EMDER, por un monto que, según algunos, es de 62.000 pesos, como si alquilara una cancha de fútbol cinco para un partido entre amigos.

Para esa primera fecha se anuncia de todo: bandas tributo, clima de fiesta familiar y la cancha para su uso, tanto para jugar como para lucir el talento y ser elegido. Todo parece estar en orden para un gran día en Mar del Plata. Higgins no mide gastos, a pesar de que el reality no está vendido a un canal de televisión. “El mundo necesita un ídolo de fútbol, pero el mejor”, dice el extravagante empresario en un video de presentación.

La primera cita con el vacío

El día llega. Como resultado de la convocatoria, las fuentes difieren en su estimación. En un estadio que en ese momento estaba habilitado en su totalidad y con capacidad para más de 35 mil personas, los números de las crónicas varían entre 30 y 300 espectadores.

Algunos pibes arman equipos, otros esperan turno, todos rodeados por un silencio que la música de covers no logra perforar. El Lamborghini espera, el cheque también; la expectativa disminuye y falta algo esencial: gente.

Ajuste de libreto: la noche del 10

Pero Higgins no se rinde. El 24 de julio, vuelve con World Football Idol 2. Deja el Minella y para la segunda edición elige como estadio el Polideportivo Islas Malvinas.

Para esta oportunidad, hace una apuesta muy fuerte con los invitados. A través de Claudia Villafañe, consigue nada más ni nada menos que a Diego Armando Maradona, quien hace una serie de jueguitos en el espacio central del polideportivo. A él se suman Sergio Goycochea, su compañero por ese entonces en la conducción del programa La noche del 10, y una fuerte apuesta musical: Soledad, Los Nocheros y Gloria Gaynor.

El show toma forma, el marco luce más serio, los nombres pesan. Pero el corazón del proyecto, el concurso, los pibes, la competencia y el talento futbolístico argentino que elegiría el club donde probarse, sigue sin aparecer. No hay final, no hay veredicto, no hay ganador. Solo luces.

Nunca trascendió cuánto le costó al falso empresario el contrato con esas figuras y toda esa organización. El ganador recién podría conocerse en World Football Idol 3, que se anuncia ahí mismo.

Higgins y Maradona en Mar del Plata.

Antes de la final, dos proyectos en paralelo

Unos días antes de la gran final de World Football Idol, Max Higgins anuncia dos proyectos que también quiere desarrollar en nuestro país, uno de ellos en Mar del Plata: el Walt Disney World argentino y un superestadio de fútbol para 100 mil personas en La Feliz.

Para el primero, elige la localidad de San Pedro. Allí, compra un lote y promete que levantará “un Disney”. No un parque temático, sino “un Disney argentino”. De hecho, frente al lote, coloca un cartel que anuncia: “Aquí se construirá el WALT DISNEY MUNDO”.

Higgins promete levantar en Argentina un “Disney” capaz de recrear la misma magia del parque estadounidense. La propuesta seduce a empresarios, medios e interesados en financiarla, quienes comienzan a apostar recursos detrás de la iniciativa. Pero la decepción es mayúscula, sobre todo al ver la enfática desmentida pública de The Walt Disney Company en solicitadas que atraviesan diarios y revistas de Argentina y la región, advirtiendo sobre el uso ilegal de su marca. Finalmente, el supuesto parque temático jamás se construye y ningún inversor recupera su dinero.

Un Disney argentino en San Pedro que no pudo ser.

Sin vínculo, sin proyecto, sin aval, Higgins ya era muy cuestionado, pero aún le queda un proyecto por presentar que sería todo para la ciudad de Mar del Plata: un estadio para 100.000 personas.

El proyecto promete un “Supercromo” y un tren especial que iría y volvería hasta Buenos Aires solo para los partidos. También el complejo incluiría un shopping y varios miniestadios alrededor del principal. Se dice que participarían Diego Maradona y Sergio Goycochea y que, por eso, llevaría las siglas MGH: Maradona, Goycochea e Higgins. Otras voces aseguran que el propio Gabriel Batistuta viajó a Roma con él para presentar la idea.

Ni siquiera es necesario desmentir este proyecto, dado que desaparece por sí solo, sin dejar rastros ni comentarios.

La gran apuesta por la final y la imagen de World Football Idol

El 24 de noviembre de 2007 se concreta la final de World Football Idol 3. Higgins vuelve a su ritual: EMDER, miles de pesos y otra vez el Minella para el show. Esta vez promete el salto definitivo: Miranda como teloneros, en pleno pico de popularidad, y como plato fuerte, Duran Duran. El fútbol queda al borde del encuadre, a pesar de la presencia nuevamente de Diego Armando Maradona y Sergio Goycochea.

El propio Max Higgins, de capa y corona como si fuera “el rey del entretenimiento”, se pasea por el estadio José María Minella de Mar del Plata con Maradona a su lado.

Pero todavía falta saber quién es el ganador de los dólares, del paseo en Lamborghini Diablo, que, según algunas versiones posteriores, se descubre que era prestado y no quería devolverlo, y de la prueba en el equipo del mundo que elija. Pero todo eso queda al margen, ya que el plato fuerte es Duran Duran.

El show, parte de World Football Idol, se realizó en el estadio mundialista ese mismo 24 de noviembre. La banda inglesa anuncia en conferencia de prensa que tocará gran parte de su nuevo disco y que quiere conocer a Diego Maradona.

Es la tercera visita del grupo británico al país. A las 19:55, sale Miranda, y a las 21:30, Duran Duran abre con Sunrise. Bajo el frío y la lluvia, entregan un espectáculo que muchos consideran de lo mejor de un artista anglo en la ciudad en 25 años.

Después de dos horas de show, los ingleses invitan al propio Max Higgins a saludar sobre el escenario.

¿Cómo fue el balance de aquel evento, la gran final de World Football Idol? Algunas versiones hablan de apenas 5.000 personas viendo la presentación de Duran Duran, en su mayoría de Buenos Aires, y solo 77 personas que asisten a la final del reality. Un reality del que no se conoce ganador, o porque no lo hubo o porque, si lo hubo, nunca llegó a ser el gran talento argentino del fútbol.

Epílogo: ¿Qué fue de la suerte y los millones de Max Higgins?

Después de aquellas presentaciones, silencio. Higgins se evapora de los carteles y de los titulares. Hasta que, años más tarde, en el 2014, se vuelve a escuchar su nombre: reaparece como un hombre en situación de calle en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pidiendo monedas, comida y hablando por un celular sin batería.

Alguien lo reconoce, un youtuber lo entrevista, el diario Infobae prepara un informe. Así, nos enteramos de que su esposa, la argentina Sandra Zapata, con quien se casó en 2006, cuenta que tuvieron un cambio de vida radical, de lo más bajo a codearse con lo mejor y más caro, y que todo estalla cuando Zapata lo denuncia por violencia de género. En ese contexto, ella presenta una carpeta con datos de detenciones en Estados Unidos e Inglaterra por cheques sin fondo y engaños, y lo define como un estafador profesional.

Cambio de suerte para Max Higgins.

Del informe de Infobae se desprende: “El 19 de octubre de 2020, Infobae lo encontró durmiendo en la calle. De su boca salían delirios. Decía que le habían robado millones y que él podía salvar al país. Incluso le pidió ayuda a Maradona a través de la entrevista. Su discurso era confuso. Hablaba de economía, de proyectos, hasta que luego se levantó y fue a pedir que le regalaran un sándwich en el quiosco de la cuadra frente al Luna Park, donde paraba, hasta que desapareció. Por su estado, de ‘riesgo cierto e inminente para sí y/o terceros, con diagnóstico de descompensación psicótica’, se lo trasladó al Hospital Borda, donde le practicaron una evaluación interdisciplinaria. Su internación fue involuntaria”.

Del Lamborghini y alquilar limusina, un helicóptero y una oficina en Puerto Madero, a la intemperie y a la supervivencia diaria. Toda una historia de espejismos.