Nene mutilado: “Estamos seguras de que esto no es la primera vez que sucede”

Así lo afirmaron las abogadas de la familia del nene que murió en El Boquerón tras la exhumación del féretro en Otamendi y rápidamente aclararon: “Había ideas en la opinión pública de que se robaban chicos para sustraer órganos y no es el caso”.

Carolina Ramasco (izquierda de la imagen) y Marcela González.

30 de Marzo de 2017 12:44

Por Redacción 0223

PARA 0223

A la última novedad relacionada a la aprehensión de Juan Carlos Della Santina, el dueño de la funeraria que realizó el sepelio del nene fallecido el 10 de marzo pasado, junto a la de un sepulturero del cementerio de Comandante Nicanor Otamendi, este jueves se conoció la palabra de las abogadas que representan a la familia de la criatura mutilada.

Carolina Ramasco y Marcela González dialogaron con 0223 y además de resaltar la “rápidez en la actuación de la fiscalía”, dejaron en claro dos cuestiones fundamentales luego de la exhumación del féretro. Por un lado, ante las repercusiones en la opinión pública, descartaron por completo la hipótesis del tráfico de órganos: “Había un montón de ideas de que se robaban chicos para sustracción de órganos y vemos acá que claramente no es el caso”. Por otro parte, reflejaron su preocupación por el desenlace de la investigación: “Estamos seguras de que este hecho no es la primera vez que sucede”.

Al respecto del futuro inmediato de la causa que lleva adelante Ana María Caro, Ramasco explicó: “Ahora hay varias hipótesis. Algunas quedaron descartadas, como es el mencionado tráfico de órganos o tal vez un asesinato. Todo ha girado en la investigación porque el féretro fue profanado, esa tumba se abrió, se sustrajo al bebé y se volvió a tapar, estaba enterrado en tierra. Por lo tanto hay que investigar por qué y a través de quién sucedió esto”.

En espera de tomar contacto con las diligencias judiciales de la causa, Ramasco y González aguardan por las declaraciones de los dos sospechosos y explicaron que en los alcances de la carátula, la situación, por lo pronto, derivó en una “sustracción de cadáveres, más allá de otros delitos que pudieran estar en curso, como es el de falso testimonio. Puede pasar que estas personas recuperen la libertad, su detención ha sido una medida cautelar para que no se obstaculice la investigación e impedir que se fugen. La fiscalía determinará quizá una prisión preventiva”, entendieron.

Las letradas contaron que cuando los padres del menor, pertenecientes a la comunidad boliviana residente en la zona de El Boquerón, se contactaron por el tema, lo hicieron “sin tener creencia en lo absoluto de que esto hubiera sucedido realmente, estaban convencidos de que había un error en la cuestión a pesar de que los resultados de ADN daban el 99% de compatabilidad. Nosotros sabíamos que en el féretro no iba a estar el cuerpo del bebé”.

“Son dos papás que hace muy poquitos días tuvieron la desgracia de que fallezca su hijo, estaban en pleno duelo. Ellos tienen ciertas costumbres que por ahí nosotros no las tenemos. Hicieron un velatorio muy grande, casi cien personas, se acercó gente de la comunidad, gente de Bolivia, parientes. Lo hicieron en el mismo campo en donde viven. Por lo tanto todos habían visto el cuerpo del bebé en el velatorio, luego lo trasladaron a la funeraria, todos fueron al entierro. Estaban totalmente descríedos de que su bebé, que había sido sepultado, era la misma criatura que había sido hallada en la circunstancia que conocemos”, detalló Ramasco.

“Queremos que se investige seriamente, estamos seguras de que este hecho no es la primera vez que sucede. La familia se anoticia por encontrar los restos del cuerpo, hubieran estado años llevando flores al cementerio”, concluyó González.