La multitud, el "nuevo tiempo" y los choripanes: el color del acto de Kicillof en Mar del Plata

Frente a un importante marco de público, el candidato a gobernador del Frente de Todos encabezó un acto en Plaza Italia en la recta final de la campaña.

11 de Octubre de 2019 19:18

-Ya está llegando, ya está llegando. Se viene el Clio, que tiene la VTV y todos los papeles...

Eso se anunciaba en los parlantes imponentes que se habían colocado en el escenario de la Plaza Italia durante los minutos previos que se sucedían hasta vivir el momento más esperado para miles de marplatenses: la llegada de Axel Kicillof, el candidato a gobernador del Frente de Todos, junto a Fernanda Raverta, la candidata a intendenta de la fuerza.

El anuncio se vislumbraba casi como un intento por calmar la ansiedad que se vivía en este anfiteatro natural del Puerto, que casi se colmaba de seguidores y banderas. Es que no se trababa de un reencuentro menor: era la primera vez que Kicillof pisaba a Mar del Plata después de imponerse por amplia diferencia en las Paso y, quizás, era también la última visita de campaña por "La Feliz" teniendo en cuenta la inminente celebración de las elecciones generales del 27 de octubre.

Durante la espera, las personas que ocupaban el amplio espacio verde hacían vibrar la plaza con los bombos, los bailes, los aplausos y los cánticos. Y como marca ya tradicional de cualquier acto kirchnerista, tampoco faltaba el color de los puestos ambulantes dedicados a la venta de café, de "choris", patys y panchos, y de otros productos más particulares, como aceitunas y vasitos de plástico de colores diversos.

Pero poco a poco comenzó a verse otro movimiento. A las 15.53, sobre el escenario montado en el corazón de la plaza hizo su aparición Verónica Magario, la candidata a vicegobernadora, que se llevó los primeros aplausos en la tarde de este viernes. Y después hizo lo propio Leopoldo Moreau, otro de los dirigentes históricos con fuerte peso dentro el kirchnerismo.

Hubo que esperar apenas unos minutos más para comenzar a ver el paso sereno y cuidadoso del emblemático Clio por la esquina de Lanzilotta y El Cano. Si bien la llegada se había coordinado a espaldas del epicentro principal del acto, los organizadores no pudieron evitar que otro importante grupo de personas se filtrara para estar más cerca del candidato.

"Firmame la bandera, firmamela por favor", fue el pedido que lanzó en vano un hombre cuando buscaba ponerse cara a cara con el exministro de economía, mientras algunos custodios de civil se llevaban al líder kirchnerista hacia el eje central de la Plaza Italia para evitar demoras y cualquier otro tipo de contacto.

- Alberto ya es, Axel ya es y si vos lo querés, Fernanda también...

Así, al ritmo del estribillo de esa cumbia electoral, Kicillof se mostró por primera vez frente a la multitud. El ingreso, por supuesto, fue de la mano de Fernanda Raverta, la primera encargada en tomar el micrófono para bregar e insistir por la llegada de un "nuevo tiempo" y la búsqueda de los "votos que faltan". "Queremos un municipio que deje de impedir y que haga de cada sueño una realidad posible. Tiene que venir un tiempo donde el odio se vaya y Cristina y su hija y todos volvamos a ser felices. Tenemos que construir un nuevo tiempo porque es lo que nos merecemos", expresó la candidata.

Antes de que el candidato a gobernador tomara todo el protagonismo, también aprovechó Magario su oportunidad para decir algunas palabras y apostar por una mayor jerarquización a futuro de las potencialidades de Mar del Plata. "Mar del Plata vive la peor de las desocupaciones. Pero acá hay responsables y también hay un intendente responsable. Es hora de decirle basta estas políticas. Necesitamos una intendenta con fuerza y con garra, como Fernanda", remarcó.

Con el correr de la tarde, el sol se fue apagando pero eso no mermó los discursos de cada candidato ni el fervor de los marplatenses que coparon la plaza que está en el corazón del Puerto. En la última intervención, Kicillof insistió también en apuntar responsabilidades a Mauricio Macri y María Eugenia Vidal por este complejo presente económico y reiteró hasta el cansancio su pedido para que "no haya corte de boleta" el 27 de octubre.

"Nosotros no venimos a traer excusas, venimos a traer soluciones. Podemos tener un pueblo democrático y pacífico pero eso no quiere decir que sea sumiso. y tonto. Ahora, hay que estar más atentos que nunca y muy unidos. Nosotros estamos despiertos, recorriendo, militando y convenciendo. Acá no se duerme nadie, presidente. Sabemos que falta muy poco para escribir otra historia", aseveró.

Cerca de las 17, la Plaza Italia despidió a Kicillof y al resto de los candidatos con la misma calidez que se vio en la recepción: se repitieron los aplausos, los cánticos y los bailes. Se veían sonrisas y gestos de alegría en casi todos los rostros después de las palabras finales. Solamente un hombre llegó a esbozar en voz alta una queja por un detalle nimio pero no menos curioso para la jornada: "Che, acá se olvidaron de decir Viva Perón... Pero yo lo digo: ¡Viva Perón!".