Inflación y caída de consumo de carne: la gente ya no compra por kilo si no lo que le alcanza

Las carnicerías son uno de los tantos rubros testigo que advierten grandes cambios en los patrones de compra por la escalada inflacionaria. "Se ve una caída paulatina y constante", reconocieron dueños de El Mudo, a 0223. 

El consumo de carne vacuna cayó casi un 50% en la última década. Foto: archivo 0223.

23 de Marzo de 2022 08:08

Por Redacción 0223

PARA 0223

¿Quién compra por kilo? Cada vez son más las personas que limitan el consumo de carne y otros productos esenciales al billete que tienen en mano para tratar de sobrevivir a la escalada inflacionaria que no da respiro en el país.

Aunque no es reciente, esta tendencia se precipitó en el último tiempo y grafica el magro poder de compra que se ve reflejado en la mayoría de los comercios. “Hace rato que nosotros estamos viendo lo mismo. La caída es paulatina y en forma constante”, confirma a 0223 Gustavo Blois, de la carnicería “El Mudo”.

El empresario recordó que hasta hace una década el consumo promedio anual de carne vacuna de un argentino era de 80 kilos mientras que ahora “no llega a los 45 kilos”. “Muchas veces se habla de que se reemplaza la carne por el pollo o el cerdo pero tampoco significa que se vende más pollo o más cerdo: la verdad es que se consume menos”, insiste.

“Vendemos un producto súper básico y se está vendiendo menos, así que eso da una pauta de que también hay un impacto en cualquier rubro. Es algo muy complejo pero se trata de inflación pura. No hay que hacer demasiado análisis”, apunta el hombre de “El Mudo”.

El representante del sector cárnico reconoció que parte del consumo se sostiene por los beneficios y descuentos que se impulsan a través de Cuenta DNI, la billetera virtual del Banco Provincia, y otras tarjetas públicas. “Eso lo reconozco como positivo porque es un subsidio que da al Estado para que el ciudadano pueda consumir medianamente algo más de carne”, destaca.

De todos modos, Blois reclama al Gobierno que profundice las medidas para tratar de contener los precios y evitar una caída más profunda de la actividad. “Si no se soluciona la inflación, no hay ninguna expectativa o esperanza posible a futuro. Hay que resolver este problema. No hay otra”, analiza, y recuerda: “Pasaron montonazos de Gobierno y todavía no se ve una política clara. Hay que entender que la inflación no respeta signos políticos”.

Pese a este adverso panorama, el referente de la reconocida carnicería asegura que no se avizora un posible escenario de “desabastecimiento” con los frigoríficos. “No hay inconvenientes en conseguir mercadería. Para el que puede comprar carne, no va a faltar ni creo que falte”, confió.