Fin del misterio: hablaron los creadores del "minotauro" que apareció en el fondo de un lago

La escultura del monstruo mitológico sorprendió a un vecino que paseaba en su kayak en aguas neuquinas. Su autor y el de una máscara sumergida aseguraron que “las obras debajo del agua son una excusa para el buceo”.

26 de Mayo de 2022 09:50

Por Redacción 0223

PARA 0223

En la última semana, Neuquén fue noticia en todo el país por la aparición de una estatua de minotauro y de un rostro humano en el fondo del lago Marí Menuco. Miles de teorías surgieron alrededor de esto, pero finalmente se reveló el misterio: aparecieron los autores de la figura y explicaron porque decidieron dejarla allí.

Una situación muy parecida a la ocurrida en Mar del Plata el año pasado con la aparición de la estatua de una mujer en Playa Chica. Esta vez, dos jóvenes, que prefirieron no revelar su identidad, colocaron las estatuas en el fondo del lago el 19 de febrero de este año. La razón que los llevo a hacer esto es para que “sea una motivación para que los grandes y chicos puedan bucear en la zona”.

Como no querían revelar su identidad, las dos personas utilizaron nombres ficticios para referirse a ellos mismos: Adrián y Eduardo. La idea de las esculturas surgió en una cena entre amigos. “Cuando empezamos a debatir qué hacer, dijimos que debíamos partir los dos de una misma base y que cada uno le diera su enfoque”, contaron ambos.

Durante una madrugada, Adrián se inspiró y comenzó con el boceto. “Llegué a casa a la noche, medio manija y con muchas ganas, y me puse a hacer un boceto. El dibujo inicial, me encantó”, recordó con LMN, pero en cuanto sacó cuentas del material que iba a utilizar, notó que iba a ser imposible de mover. Fue así que decidió transformar el diseño para que su peso no superara los 250 kilos.

Por el otro lado, Eduardo fue el autor del minotauro, contó que pensó en un “ser sobrenatural que cuidara el fondo del agua y que, a la vez, fuera una motivación para que los grandes y chicos puedan bucear en la zona”.

Una vez realizadas las esculturas, comenzó el operativo inmersión. Los dos amigos recorrieron 66 kilómetros con 600 kilos encima, una total odisea. Cuando llegaron al lago, primero colocaron la estatua de la máscara y luego la del minotauro, que sufrió heridas en sus cuernos al intentar sumergirlo.

Adrián y Eduardo decidieron no revelar la ubicación exacta de las estatuas con el objetivo de preservar sus obras y que los curiosos puedan bucear y sorprenderse con las obras si las encuentran.

 

 

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