Vence el plazo y la mayoría de los decks siguen sin adecuarse a la ordenanza que los regula

La habilitación de los decks en la vía pública surgió como alternativa para la reactivación del sector gastronómico en el primer tramo de la pandemia de Covid-19, en aquel lejano 2020 donde todo era incierto. Fue tal el grado de consenso que el proyecto surgió del entonces opositor Frente de Todos –hoy Unión por la Patria- y fue acompañado por el gobierno de Guillermo Montenegro. Sin embargo, con el paso de los meses comenzaron a evidenciarse problemáticas conforme la ciudad recobraba su dinámica habitual y su regulación definitiva a fines de 2022 abrió grietas no solo en la política, sino también en sectores de la economía.

Finalmente y por ajustado margen, el Concejo Deliberante aprobó el 29 de noviembre una ordenanza regulando no solo su funcionamiento, sino fundamentalmente sus características constructivas, a fines de minimizar el impacto en la movilidad urbana y en otros rubros comerciales que aún reclaman por un trato diferencial. Sin embargo, este mes vence el segundo y definitivo plazo para que los titulares de los negocios gastronómicos adecúen las construcciones, algo que ocurre en el menor de los casos.

Según la Ordenanza 25.757 donde se establece el programa “Comemos Afuera”, los decks podrán tener hasta 2,5 metros de ancho en las calzadas de 11 metros de ancho donde no pasen colectivos, bajando a dos metros en aquellos donde sí transiten. En tanto, en las calles de 9 metros de ancho podrán tener hasta dos metros de ancho. 

Las estructuras deberán ser de hierro estructural galvanizado o metalizado y exclusivamente de color negro, gris o blanco. Cualquier elemento vertical de otro material como maderas puede ser decorativo previo tratamiento para soportar condiciones climáticas en exteriores, pero no formar parte de la estructura portante del deck. Los pisos deberán ser efectuados en formato “decks”, entendiendo a éstos como una sucesión de piezas de madera natural. Entre otros aspectos, deberán contar con una tapa de al menos 40 centímetros (0,40 metros) que pueda levantarse desde el cordón, tanto abisagrada como con un sistema de “quita y pon” debidamente diseñado para facilitar la limpieza y remoción de posibles obstrucciones al escurrimiento del agua por las cunetas.

A su vez, se habilita que sean techados, pudiendo optar por tres tipos de diseños: toldos a dos aguas o con una pendiente a la calle, estructura con parante central o estructura con parantes en perímetro. “El techado debe ser de toldos o lonas o mediasombras de calidad. Se podrá utilizar chapa de policarbonato transparente y con cielorraso de lona o material similar o pérgola de madera”, se aclara en la normativa. Además, también podrán ser provistos de cobertura semicubierta con toldos tipo sombrillas, de diseño y calidad adecuadas, pudiéndose instalar también sombrillones de tipo estructural resistentes y más seguros a las inclemencias del tiempo.

Otro aspecto es el cerramiento lateral, el cual quedó habilitado pese a opiniones contrarias. Se habilita un cerramiento perimetral en vidrio laminado o blindex transparente, sin superar la altura de 1,80 metros, de acuerdo a lo establecido en la ordenanza que fue aprobada por Juntos por el Cambio y los concejales Nicolás Lauría (Creciendo Juntos) y Alejandro Carrancio (La Libertad Avanza), donde también se habilitó a la ocupación de veredas con mesas y sillas. Otra postura tomaron el resto de los bloques, donde Acción Marplatense votó en contra de la ordenanza, mientras que Unión por la Patria se abstuvo.

La nueva normativa estableció en su Artículo 19° que los titulares de los decks existentes hasta la fecha, tenían plazo hasta el 30 de abril para adecuar las instalaciones. Días antes a cumplirse el plazo, el gobierno sorprendió con una extensión por medio año, incorporada en el último artículo de la reglamentación del programa Comemos Afuera.

A través del Decreto 684/23, el intendente, los secretarios Santiago Bonifatti (Gobierno), Jorge González (Obras) y Adrián Cónsoli (Producción) y el presidente del Ente Municipal de Vialidad (Emvial), Mariano Bowden, establecieron que los titulares “deben presentar un plan de readecuación que contenga la obra a realizar y los plazos para llevarla adelante, los que no podrán exceder los 180 días”. La promulgación también aclaró que “vencido ese plazo sin culminar la adecuación comprometida, será pasible de las sanciones y remociones a costa del contribuyente”.

Según explicaron en ese entonces fuentes fuentes municipales a 0223, la medida apuntó principalmente a contener a aquellos comerciantes que iniciaron el proceso para ajustar las estructuras a la nueva normativa, pero que no llegaban a cumplir el plazo del 30 de abril. Los buenos números que arrojó la temporada 2023 en términos de llegada de turistas y el registro de altas temperaturas hasta Semana Santa, complicaron a los gastronómicos para realizar los cambios fijados por la ordenanza, remarcaron desde el Palacio Municipal.

Ante el vencimiento del nuevo plazo, ahora desde la Municipalidad informaron a este medio que desde las áreas involucradas se encuentran "en diálogo" con los gastronómicos "para evaluar cuáles son los mejores pasos a seguir".