Veinte años de prisión para el asesino y abusador Gustavo Rafael Sensan: "Es una condena ilógica"

La familia de María Florencia Ascaneo repudió la condena a 20 años de prisión que este jueves dictó el Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de Mar del Plata contra su asesino, Gustavo Rafael Sensan, y anticipó que apelará la sentencia en busca de lograr la máxima pena: la prisión perpetua.

“Lo que hoy hicieron los jueces no tiene nombre. No se en qué piensan. Estoy sorprendido que a un violador y un asesino le den 20 años sabiendo que deja una familia destruida para siempre”, expresó Leonardo Zeccini, el viudo de la comerciante de Sierra de Los Padres, en declaraciones a 0223.

En base a las pruebas y testimonios a los que accedieron durante el debate oral, los jueces Gustavo Fissore, Alfredo Deleonardis y Mariana Irianni consideraron que Sensan fue autor penalmente responsable de los delitos de homicidio agravado por el uso de armas de fuego y un caso de abuso sexual simple, perpetrado los últimos días de diciembre de 2020.

En los alegatos, el abogado del particular damnificado y el fiscal Leandro Arévalo habían coincidido en pedir la perpetua pero finalmente el tribunal se inclinó por una pena a 20 años, algo que dejó con profunda disconformidad a la familia de la víctima. “Estaba todo dado para que se perpetua. Es una sorpresa. Estos señores jueces piensan más en ellos, en el asesino, que en nosotros”, lamentó Zeccini.

“Creía que ahora iba a ver un poco de paz para mi señora y para nosotros, pero seguiremos hasta las últimas consecuencias. Queremos que se logre la perpetua para que este tipo se pudra en la cárcel”, ratificó.

Fernando Ascaneo, el hermano de la comerciante, se manifestó en la misma línea: “Vamos a apelar porque acá no existió la Justicia. Esto no puede quedar así. Un asesino no tiene que salir nunca más de la cárcel. No sé qué se les cruzó por la cabeza a estos jueces. Veinte años no tiene lógica”.

El 4 de enero de 2021, Sensan mató de un disparo a Ascaneo, de 41 años,) en el negocio  familiar que atendía en el complejo comercial Las Cabras, en el acceso a Sierra de los Padres. Esa jornada, el asesino entró al local y le disparó tras conocer que la mujer iba a denunciarlo por haber intentado besar a su hija menor de edad. El hombre fue detenido minutos después por el personal policial que llegó al lugar y en su poder secuestraron el revólver calibre .22 con el que efectuó el disparo mortal.