Historia de superación con final feliz: Daniela Castro es la primera trans en adoptar en Mar del Plata

La militante y exfuncionaria cuenta cómo fue el proceso y la elección de formar una familia. Conocé la historia que destierra tabúes y prejuicios, e invita a animarse a dar amor.

Una vida llena de vaivenes y un deseo finalmente alcanzado: elegir una familia.

8 de Junio de 2024 10:04

Daniela narra su historia. Toma aire, se ríe y reflexiona: "Como no podía ser de otra manera, soy la primera en todo".

Daniela es Castro, una figura política de renombre en Mar del Plata que fue pionera en muchas cosas: en 2011 se convirtió en la primera persona trans en la provincia de Buenos Aires en recibir el DNI con su nombre real; en 2017 fue la primera precandidata a senadora de su género; en 2021 quiso también ser la primera diputada de su colectivo en ocupar una banca en el país; y en 2020 logró ser directora de Políticas de Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, por supuesto, la primera funcionaria trans.

Ahora su vida personal le ganó a la política, pero no dejó de ocupar el podio: se transformó en la primera persona trans en lograr una adopción en la ciudad.

"Es algo que yo tuve pendiente siempre. Estuve mucho tiempo en pareja, no se dio en ese momento. Después me separé y me subí a la locura en la que vivía hasta diciembre del 2023, y todo eso también hizo que de alguna manera dejara un poco de lado la posibilidad de encararlo", contó en un hermoso diálogo con 0223. El hecho de que viva sola no es menor. Sigue así rompiendo tabúes: animarse a adoptar, siendo trans y hacerlo de forma monomarental en una sociedad donde todo eso parece ser, de por sí, un obstáculo.

La gestión hizo que Daniela viviera en distintos lugares de forma paralela y que no parara un segundo. El año pasado afrontó algunos problemas de salud que la hicieron frenar y replantearse ciertos puntos. Al finalizar el cargo, la respuesta fue casi obvia. "Ahí me pude plantear la posibilidad de volver a inscribirme en el registro, de armar esa familia maravillosa que hoy estamos gestando. Así que finamente tomé la decisión pero no sabía si iba a ser posible", relató.

Historia de superación con final feliz: Daniela Castro es la primera trans en adoptar en Mar del Plata

Ese preconcepto, dice, se debe al "techo de cristal" que cada persona se auto-aplica por prejuzgar y tener mandatos sociales impuestos. "También a veces es el desconocimiento que te lleva a pensar que no te lo van a otorgar. Cuando yo presenté mi amparo por el cambio de identidad y finalmente salió favorable, ese mismo día me senté con la jueza a charlar sobre la vida y lo que me esperaba. Y cuando le pregunté: "¿cómo sería ahora si yo quiero adoptar?", porque yo me imaginaba que iba a ser imposible, me contestó: "Hacés los trámites", recordó entre risas.

Sabía que no iba a ser fácil pero no más complicada que cualquier otra adopción. "Supongo que muchas otras personas deben pensar lo mismo, y los animo a que lo hagan", aseguró.

Su relato invita a seguir los pasos de agrandar la familia.

La vinculación

Los papeles fueron avanzando y los procesos judiciales hicieron que todo aconteciera mucho más rápido de lo que Daniela esperaba. "La posibilidad de conocernos fue bastante ágil y surgió en medio de las necesidades que cada uno de los dos teníamos. Como adulta reconozco mis limitaciones y no quería un bebé chiquito con lo que conlleva. Yo tenía en claro que mi acompañamiento tenía que ver con una niñez más grande, donde pudiéramos encontrarnos desde un lugar distinto", describió.

En ese sentido, dice no haberse equivocado. Con el "diario del lunes" y una vinculación en pleno camino, el proceso le da la razón: "Apostamos permanentemente al diálogo, hablamos un montón, tenemos muy buen vínculo, nos encontramos desde otros lugares y nos vamos descubriendo todos los días".

Y si bien para muchas familias no es fácil enlazarse con alguien que ya tiene una historia previa, Daniela dice que su propia vida hace que hoy nada la asuste. "Estoy convencida de que en este trayecto él no tiene que correrse de su adolescencia, ya que ya se ha alejado demasiado de su niñez, y busco permanentemente de que él vuelva a ese espacio de reubicarse en su edad; que haga lo que le guste y tenga ganas. La mayoría de los chicos y chicas que están institucionalizados transitan situaciones que hacen que su niñez desaparezca y se adelantan millones de pasos que a veces son difíciles de recuperar. Y por eso quiero que tenga una buena crianza con amor", aseguró.

"Para mí es una experiencia maravillosa, me descubro todos los días en un nuevo rol. Entiendo claramente que yo no adopté a nadie, me adoptaron a mí", asumió Daniela.

"Hay que animarse y no perder el diálogo desde el amor"

Daniela insiste en que asumir el rol de adulta, que pone límites y ordena, no será tan difícil con su historia previa. Para ella, el punto clave es el trato y la forma de encarar la relación: "En el vínculo es fundamental el diálogo mediante el amor. Creo que si a cada enojo o problema, le ponés la cuota de amor, todo es mejor".

"Tengo una cabeza bastante especial porque he atravesado por todo lo que se te ocurra. Entonces deben ser muy pocas las cosas en mi vida que me sorprendan. Si abordo desde el enojo, eso hace que a ambos los sobrepase la situación y que ese niño o niña no te diga las cosas. El mejor camino es el diálogo para ver de qué manera se pueden solucionar las cosas", enfatizó.

Daniela fue la primera en obtener su DNI con identidad reconocida.

Los mitos del Estado

Alentar a otros a iniciar el proceso de adopción implica también pensar en el rol del Estado como agente de vinculación. Y en ese punto, Daniela asume que prejuzgó "un montón".

"Desde el desconocimiento, creía que iba a ser caótico. Sólo me guiaba por lo que escuchaba y la verdad es que lo más común es oír cosas sobre la justicia o los hogares, pero mi experiencia fue maravillosa desde el primer momento", aseguró.

Desde la contención, hasta el seguimiento y un acompañamiento genuino que va más allá del control, reconoció haberse sentido cómoda en el proceso.

Hoy resta la convivencia, el descubrirse mutuamente y abrazarse en el seno de la nueva familia. Una historia que Daniela prestó para que otros se animen a seguir el mismo camino.