Cómo reducir el consumo de sal y cuál es la más "sana" para comprar
La sal está presente en todas las comidas pero los especialistas tienden a ser cautelosos sobre su consumo. Recomendaciones y advertencias para tener en cuenta.
El consumo de sal ha sido puesto en cuestionamiento en las últimas décadas y la consciencia sobre su ingesta creció el último tiempo. Sin embargo, poco se conoce sobre los alimentos que contienen sodio y qué cantidades es recomendable incorporar.
"Hay que reducir el consumo de sal porque los argentinos duplicamos o hasta triplicamos la cantidad aconsejada. Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda hasta 5 gramos por día, en el país consumimos alrededor de 9 o 12", explicó a 0223 la nutricionista Estefanía Ferrarello (MP 2407).
Incrementar las dosis dispara también las tasas de hipertensión arterial, que actualmente es uno de los principales factores de riesgo de enfermedad cardíaca, accidentes cerebrovasculares y enfermedad renal, e incluso de causas de muerte. "Si pudiésemos reducir el número, de 4 muertes podría achicarse a una", aseguró la especialista.
¿Es lo mismo sal que sodio?
Si bien a veces se usan como sinónimos, no lo son. La sal contiene sodio: está formado por un 40% de este compuesto y un 60% de cloruro. La nutricionista confirma que "el 90% del sodio que consumimos proviene de la sal que incorporamos a través de nuestras ingestas", y esa es la que recomiendan reducir.
El problema surge de no saber distinguir qué comidas lo tienen en mayor cantidad.
"El 70% de la sal que consumimos proviene de los alimentos industrializados: panificados, galletitas, fiambres, embutidos, enlatados, conservas, sopas, caldos comerciales, snacks. Y un porcentaje menor es de la sal agregada que le ponemos al condimentar los platos", graficó Ferrarello.
A pesar de sus contradicciones, el sodio también es importante para la salud ya que mantiene el equilibrio hídrico en el cuerpo y permite que los músculos y nervios funcionen correctamente.
"Tenemos que saber que, más allá de la sal presente en los alimentos y la agregada en la mesa, el 12% del sodio que consumimos proviene de los frescos como las verduras, las carnes, y las frutas, que naturalmente lo tienen. Entonces debemos ser conscientes de lo que estamos agregando", manifestó la nutricionista.
Variedad de sales: ¿hay alguna más sana que otra?
En el mercado, almacén o dietética es común hoy encontrar una gran variedad de sales. Más allá de la de mesa o la gruesa, también hay del Himalaya, marina, saborizada, light y dietética.
"Si no sabemos cuál elegir, la mejor para consumir sería la dietética que está destinada a la población con hipertensión o problemas cardíacos porque es 0% sodio", recomendó Ferrarello, aunque advirtió que su problema es que sólo sirven para dar sabor a las preparaciones terminadas y no para cocinar, ya que su composición química vuelve amargos los platos.
Por otro lado, la sal light es un 66% reducida en sodio, pero sala menos, por lo que la persona termina aplicando mayor cantidad para encontrarle sabor. "Acá es recomendable separar la porción en una cucharadita tipo té y distribuirla en el día", aconsejó.
El resto de las sales que pueden parecer "más sanas" tienen en realidad el mismo contenido de sodio que la de mesa. "Lo que cambia es su textura, su grado de refinamiento, pero no tiene ninguna finalidad terapéutica ni beneficio mayor en la salud del consumidor", advirtió.
"Es un sabor aprendido"
Finalmente, el consumo de sal es una cuestión de costumbre. Si no se agrega a las comidas o no se incorpora a la dieta diaria, no genera inconvenientes. Pero en Argentina ya está instalada en las mesas culturalmente y de forma casi imperceptible.
"Muchas veces recomendamos a madres y padres que no le agreguen a las preparaciones de sus hijos para no incentivar el consumo a lo largo de su vida", subrayó Ferrarello.
Como explicó la especialista, los alimentos ya tienen sodio naturalmente y eso es suficiente para abastecer al cuerpo de las cantidades que necesita para llevar a cabo sus procesos biológicos.
Tips para evitar el consumo
-No llevar sal a la mesa.
-No adicionar sin probar la comida.
-Separar una cucharadita de té y distribuirla en el día.
-Reemplazar por especias y condimentos aromáticos.
-Reducir el consumo de ultraprocesados y apostar por alimentos frescos.
-Leer etiquetas de envases de alimentos (sellos frontales, lista de ingredientes, rótulo nutricional ): hasta 120 mg de sodio/100 gr de alimentos se considera bajo en sodio; menos de 40mg/100 gr de alimento es muy bajo en sodio.
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