Es hijo de marplatenses, bailaba en la calle y se convirtió en uno de los bailaores de salón estrella
Juan Amador tiene importantes lazos con Mar del Plata, ciudad donde asegura, vivió los mejores momentos de su vida. Conoce como nadie el mundo del Flamenco, pero también incursiona en otras danzas. Con 26 años, se luce en los tablaos cinco estrellas.
Una madre de la comunidad gitana marplatense, un altavoz de juguete y una madera como escenario. Esos elementos son los que podrían definir los inicios de Juan Amador, el bailaor de 26 años nacido en Elche, provincia de Alicante que brilla como bailaor en la escena madrileña.
Después de realizar un trabajoso camino para imponerse en el espectáculo español, Juan Amador destaca en Madrid entre los grandes talentos de las danzas españolas. Pero no le fue fácil, aunque hoy mira con mucho orgullo su joven historia y no puede más que celebrar la decisión que tomó aquel día en que llamó a su casa para avisar que de la capital española no se iba, que "tenía que ser un tonto si lo hacía".
Desde abajo
Tenía seis años cuando empezó a bailar. "Si bien provengo de una familia gitana no había tenido la posibilidad de asistir a las mejores escuelas de baile, y eso me hizo abandonar el flamenco cuando fui más grande", recuerda Amador.
En esta línea, el joven asegura que, en el camino, se aficionó al estilo, estudió periodismo, tuvo su propio programa de radio que comenzó como un formato de magazine de actualidad y política "se convirtió en un programa de detección de talentos jóvenes que fue un éxito. Y eso me animó para ir a Madrid, ya sea para bailar en tablaos o para trabajar en los medios. Y ahí comenzó todo", cuenta.
Pero llegó la pandemia y, luego de la primera cuarentena fuerte por el Covid-19 viajó de vacaciones con su familia a Granada y ahí conoció el flamenco callejero: observé lo bien que les iba a esos artistas. Y pues, fue cuando se me encendió la lamparita y me dije 'tengo que hacer lo mismo en Madrid'".
Con la vivencia obtenida en Andalucía se fue a la capital española para tratar de ganarse un lugar. "Llegué sin nada, con el dinero para dos noches de hotel y comer un solo día. Vi que había una fuerte movida de artistas callejeros, y lo intenté con solo un altavoz de juguete y una madera para bailar, ni más ni menos que en La Puerta del Sol, lo que era mi sueño. Cuando llegué al hotel y conté las monedas que me habían dejado en el sombrero había ganado en una hora de baile lo que todo un día de camarero en Elche. Entonces me dije 'si me voy de aquí soy un tonto', y llamé a mis padres para avisarles que no volvía".
Tocar el cielo y volver a las raíces
Las puertas se fueron abriendo de a poco, no sin esfuerzo. Primero caminó las calles, bailó en espacios públicos y mientras tanto entregaba curriculum en teatros y tablaos. Él dice que era "un poco sin vergüenza" porque se compara con el nivel de artistas que hay en Madrid y le resulta como atrevido de su parte. Pero ese empuje lo puso en los más alto: "pasé de bailar en la calle y hacerlo en hoteles 5 estrellas", dice de manera orgullosa.
Hoy, Juan Amador es un talento puro del flamenco y las danzas en general que tiene con Mar del Plata un lazo de sangre. El joven, sostiene que los mejores momentos en la Argentina los vivió en Mar del Plata. "En la actualidad tengo buenas ofertas en España, donde es mi casa y me siento muy cómodo, pero amo la Argentina y tengo las ganas de poder ir en algún momento. Mar del Plata es un lugar con mucho arte y espectáculo, que no pasa en otro lugar del mundo. Me gustaría poder hacer algo allí y mostrar un poco el flamenco real", asegura.
"En estos años he trabajado mucho. Recibí la propuesta para hacer temporadas en Canarias, de invierno y verano que ya culminamos, luego en Sevilla, y ahora estoy haciendo temporada en Palma de Mallorca. Pero siempre tengo expectativas de superación", cierra el joven bailaor.
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