Escándalo en Bandana: "No fue el formato a la altura de un homenaje"
El grupo volvió, pero en el marco de una fiesta con otros artistas: Virginia Da Cunha salió al cruce.
Por Redacción 0223
PARA 0223
Bandana volvió a los escenarios el domingo, 11 años después de su última presentación conjunta. El regreso ocurrió durante una fiesta en un boliche de Costanera y, tras el show, Virginia da Cunha fue autocrítica sobre lo ocurrido. “No fue el show oficial, no fue el formato a la altura de lo que sería un homenaje a los 25 años, eso está claro”, escribió en Instagram. La cantante reconoció que el reencuentro se dio pese a “muchísimos obstáculos, opiniones, contradicciones, historias de vida no sanadas, cosas no dichas, puro quilombo que ni yo termino de entender”, en alusión a las tensiones internas con Lissa Vera.
A pesar de ello, la artista destacó el impacto emocional del reencuentro y la energía del público. “Lo que sí entiendo es que la magia sigue viva, que fueron 25 minutos de puro disfrute y lo vivimos como una verdadera fiesta”, expresó. Además, resaltó el acompañamiento de los fans: “Nuestro público es el mejor del mundo. El lugar colapsaba de amor y euforia. Por eso volvimos y por eso volveremos”. También aseguró que en 2026 habrá fechas oficiales: “Apenas se vuelvan a alinear los planetas, saldremos a gritar las fechas 2026 a los cuatro vientos”.
En paralelo, en una entrevista, el grupo repasó situaciones extremas vividas durante su pico de fama. Lourdes recordó la sobreexposición y los riesgos que enfrentaron: “Obviamente no hay comparación con el Diego, que es una locura, pero es un día en la vida del Diego. Es esa cosa de que te quieren sacar... Recuerdo en Paraguay, que fuimos, que se subió una fan y (gesto de agarrar de los pelos)”. Según describió, la intensidad de la gente llegó al punto de mover la camioneta en la que se trasladaban.
A esa reflexión se sumó Da Cunha, quien admitió que el ritmo de trabajo era abrumador y difícil de manejar. “En ese momento no nos quedó otra que ir a la velocidad a la que iba la máquina Bandana, aunque por ahí no coincidíamos con la manera en la que se hacía, y queríamos dormir y no podíamos”, relató. Lourdes también remarcó cómo la dinámica les impedía asimilar lo que vivían: “No vivís el proceso. Normalizás algo que cualquier banda desea y necesitás un tiempo para llegar a hacerlo, para poder realmente disfrutarlo”.
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