A seis meses del asesinato a balazos del remisero: "Están todos los elementos para que haya Justicia"

Micaela Noviello, la pareja de Miguel Ángel Luis, mostró amplias expectativas después de que se decidiera fechar el juicio contra Brian Albornoz para el 2021. "Esto me arruinó la vida", expresó, en un mano a mano con 0223.

2 de Agosto de 2020 17:42

Por Redacción 0223

PARA 0223

"Teníamos el proyecto de casarnos pero de un segundo a otro se nos arruinó la vida por otra persona". Quien intenta terminar la frase es Micaela Noviello, la pareja de Miguel Ángel Luis, el remisero que murió el 25 de enero en el Hospital Interzonal General de Agudos (Higa) después de ser acribillado de seis balazos por Brian Albornoz.

Al cumplirse poco más de seis meses de un crimen que conmocionó a la ciudad e instaló de nuevo en la agenda la problemática de inseguridad que atraviesa a los trabajadores al volante, la joven habló con 0223 y, pese al dolor, muestra fuertes expectativas después de que el fiscal Leandro Arévalo pusiera fin a la etapa de investigación de la causa que incrimina al delincuente de 25 años.

"Entendemos que no hay ningún impedimento para que se haga Justicia; está todo muy claro. Arévalo actuó muy rápido, Orsini (NdeR: su abogado) también, y la verdad que estoy muy agracedida de los dos porque es por eso que se espera un juicio bastante pronto, para el año que viene. Así que si todo sale bien, Albornoz va a ser condenado", confía la mujer.

Noviello recuerda que Albornoz se encuentra detenido "desde el primer momento" en que se lo identificó como el autor de los disparos al tener en cuenta que el delito de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego" que se le imputa contemplaría "muchos años de condena". "Por eso, y como corre riesgo de fuga, se pidió la prisión preventiva y va a estar detenido hasta el día del juicio", asegura.

La joven recuerda que fue la segunda persona en enterarse del salvaje ataque a balazos que había sufrido Luis: lo hizo quince minutos después de su hermana, que vive a media cuadra de Bahía Blanca entre Rawson y Garay, la zona donde se consumó el trágico hecho. "Ella me fue a buscar a casa y cuando fuimos al Higa él estaba consciente pero lo tuvieron que ingresar a cirugía porque estaba muy grave", afirma.

Noviello reconoce que la muerte de su pareja, que se despidió en el hospital cinco días después de sufrir la balacera, significó un antes y un después para su vida: "Cuando pasan estas cosas uno no puede proyectar mucho a futuro, es sobrevivir cada día. Me apoyo mucho en mi familia, en mis compañeras de trabajo y mi psicológo, ellos son mis pilares para sobrevivir cada dia".

La mujer define al remisero como una persona "joven, alegre y trabajadora" y revela el proyecto que tenían de casarse para compartir su camino juntos. "Yo tenía proyectad la vida junto a otra persona, teníamos el proyecto de casarnos pero de un segundo a otro, por otra persona, se te arruina la vida", lamenta.

En este marco, la pareja del trabajador al volante destacó el apoyo que brindaron "desde un primer momento" el intendente Guillermo Montenegro y su Secretario de Seguridad, Dario Oroquieta, así como los sindicatos de taxis y remises. "Estaría bueno ninguno de ellos se olvide de este caso porque en parte también depende de ellos que el fallo del juicio termine siendo favorable. Hay mucha gente esperando que las autoridades no nos decepcionen", aseveró.

El salvaje crimen

Cerca de las cinco y cuarto de la madrugada del 20 de enero Albornoz le disparó al menos seis veces al conductor del remís licencia 448 cuando circulaban por el barrio Las Lilas. Con heridas en su rostro, una mano, hombro y en la zona lumbar, Miguel Angel Luis chocó contra un poste de luz, logró bajar del auto y pedir ayuda: si bien la policía lo trasladó de urgencia al Higa, murió cinco días después.

Para Arévalo se pudo acreditar durante la investigación penal preparatoria que la madrugada del 5 de enero el joven de 26 años sacó sin permiso de la casa de su familia en el barrio Bernardino Rivadavia una pistola calibre nueve milímetros Bersa Thunder propiedad de su hermano policía y se retiró en el mismo remís que lo había llevado hasta ese lugar.

En la pesquisa sin fisuras que se realizó en la Unidad Fiscal de Instrucción 7 se incorporaron los testimonios de los testigos que vieron en primer lugar a víctima y victimario. “En un momento nos empezamos a pelear con el remisero y no sé si fue que me pasó (SIC), yo soy bueno, mis viejos, mis viejos y le disparé y no sé qué pasó, salí corriendo porque me asusté”, le dijo Albornoz a una pareja que estaba sacando el auto de su casa a pocas cuadras del lugar.

En el análisis de las imágenes de las cámaras de seguridad también se observa al imputado que escapa corriendo y que utiliza las prendas de vestir detalladas por los testigos que lo cruzaron en el lugar y por el amigo con el que estuvo hasta poco antes del hecho.