A 10 meses del ataque que casi lo mata, cómo es la vida de Matías Montín

El joven todavía padece algunas secuelas por los botellazos que recibió la cabeza en un boliche marplatense. Nunca pudo recordar el ataque y llegó a pedir que lo llevarán a un especialista en hipnosis para tratar de  reconstruir la golpiza. "Vivimos un trauma terrible", afirmó a 0223 "Quique", el padre.

Matias quiere volver a Mar del Plata este verano pero su familia tiene "temor" con el viaje.

19 de Noviembre de 2021 08:08

Por Redacción 0223

PARA 0223

Matías Montín mira el calendario y no sabe qué hacer. Mientras sus amigos le insisten para que comparta con ellos otro viaje de temporada a Mar del Plata, sus padres lo intentan convencer para que no regrese a la ciudad. Y en la familia sobran argumentos para defender la negativa: es que todavía está muy fresco el recuerdo de aquella madrugada del 19 de enero que lo tuvo como protagonista por los dos botellazos que recibió en la cabeza en el boliche Ananá de La Normandina por parte de Gabriel Galvano, Matías Belloso y Andrés Bracamonte, y que casi lo dejan al borde de la muerte.

Hace poco que el joven de veinte años terminó de recuperarse de algunas de las secuelas de la salvaje golpiza que sufrió en Playa Grande. El ataque le había quebrado – literalmente – el cráneo desde la parte superior de la órbita de los ojos hasta la "mollera". La amplia fractura lineal recién terminó de “cerrar” en septiembre y ahora su preocupación pasa por el hombro derecho, un sector del cuerpo con el que ya había acusado molestias pero que quedó relegado a un segundo plano al tener en cuenta la grave lesión en la cabeza.

“Como cayó inconsciente por el golpe que le dieron en el boliche, a Matías también se le rompió una cavidad dentro del hombro. Cuando estaba en terapia en Mar del Plata, ya nos decía que le dolía mucho pero no le dimos tanta importancia porque lo único que mirábamos era la cabeza. Hace poquito se sacó el hombro con una pavada y ahora saltó este tema. Hizo rehabilitación y está tratando de fortalecer los músculos de esa zona con ejercicios pero seguramente se va a tener que operar”, comenta Enrique Montín, el papá de Matías.

El padre, de todos modos, insiste en que este daño físico “es una pavada dentro de todo lo grave” que tuvo que vivir el hijo y destaca el buen estado de salud que goza por estos días. “De la cabeza se recuperó muy bien. Ahora ya tiene una vida prácticamente normal”, asegura, en una entrevista con 0223, al cumplirse este viernes diez meses del ataque en Playa Grande y pocos días después de conocerse el pedido de elevación a juicio que formalizó la fiscal Andrea Gómez en la causa que tiene como imputados a Galvano, Belloso y Bracamonte.

Desde que fue intervenido de urgencia en el Hospital Privado de la Comunidad (HPC) hasta su derivación a la Clínica Santa Isabel de Capital Federal, Matías Montín recibió varias altas médicas. De la ciudad salió caminando pero con la firme advertencia de los profesionales de no exponerse a “emociones fuertes”, por lo que permaneció con un ritmo de vida “extremadamente tranquilo” hasta abril, el mes en que los estudios confirmaron la desaparición del preocupante hematoma que se le había formado por los impactos de botella.

Desde entonces, al joven se lo ve “muy enchufado” con su carrera en Ingeniería Química, que le demanda varias horas diarias por las cursadas, y además de salir y disfrutar tiempo con sus amigos, ocupa gran parte de la rutina con deporte: corre, va al gimnasio y hace poco también comenzó – y con “mucho cuidado” – yiu yitsu, un arte marcial que precisamente se caracteriza por no fomentar el uso de golpes y patadas. “Este martes tenía que rendir y la verdad que le está yendo muy bien. Estamos muy contentos”, afirma “Quique”.

Matías se recuperó tan bien que sus amigos ya planifican otro verano en Mar del Plata, una idea que, por obvias razones, despierta “temor” en la familia. “Yo no quisiera que vaya de vuelta a Mar del Plata pero los amigos le están insistiendo y lo quieren convencer y Matías no sabe todavía. Yo le ofrezco cualquier cosa menos que vaya a Mar del Plata. Eso no quiere decir que no le vaya a pasar algo en otro lado pero bueno. Es temor. Fue muy fuerte lo que vivimos”, explica, y agrega: “Si de alguna manera sintiera que mi hijo va a estar protegido, le digo que sí, que vaya”.

El padre también confirma que en el último tiempo ha mantenido otras conversaciones con el intendente Guillermo Montenegro, quien se comunicó con él para interiorizarse sobre el estado de salud del veinteañero. "El intendente cada tanto me llama para ver cómo está Matías. La verdad, un fenómeno. Muy poca gente se preocupó así. Y la clínica y los periodistas también se han portado bárbaro con nosotros. Es importante que tengan en carpeta el caso porque esa energía es la que hace que después las cosas salgan adelante", destaca.

Entre traumas e "hipnosis"

Matías Montín no recuerda nada de la noche que casi le cuesta la vida. Las imágenes en su cabeza recién se empiezan a reconstruir en la habitación de terapia del HPC, desde la cama donde se despertó sorprendido y con dolores en el cuerpo pero sin ninguna noción de los botellazos que había recibido en el boliche Ananá de La Normandina. Pero el papá y la hermana, que lo acompañaron en los momentos más críticos, no se olvidan ni un minuto.

“El trauma de lo que pasó le quedó a mi hija, que estuvo en esa madrugada, y a mí, que llegué al boliche quince minutos después y vi cómo estaba él. Yo tuve dos meses que lloraba todos los días y fui a ver a una profesional para ver por qué me pasaba eso siendo que mi hijo ya estaba bien. La verdad es que el trauma que tuvimos lo que lo acompañamos a Matías fue terrible”, confiesa el padre.

“Quique” también revela que su hijo llegó a pedirle que lo llevara a un especialista para tratar de recordar los detalles de la madrugada del 19 de enero por medio de una “hipnosis por regresión”. “Matías me insistió pero yo no quise llevarlo porque no quería exponerlo a otro trauma. Por suerte, por el golpe él no vio ni recuerda nada, y no quiero que vuelva a pasar por eso. Me cuesta resolver el trauma a mí, así que para qué lo voy a exponer a algo así. Tengo que estar mal de la cabeza para hacer eso”, señala.

La espera por Justicia

En paralelo a la investigación penal, la familia de Matías Montín a través de su abogado inició un juicio civil por daños y perjuicios  contra los tres jóvenes agresores pero el proceso se dilató y recién se pudo concretar una primera audiencia días atrás. “El boliche siempre se presentó, el seguro también pero estos chicos habían dejado unos domicilios y no había forma de notificarlos. Cuando se los citaba en esos domicilios, decían que se habían mudado y otras veces que no estaban. Tres veces fue el Correo Argentino a citarlos y no pasó nada”, asegura “Quique” Montín.

“Al final, se los pudo localizar en Rosario y la semana pasada hubo una primera audiencia por Zoom. Matías recién los pudo conocer a los chicos que lo atacaron ahí porque realmente no los conocía, no los había visto antes: solo vio a Belloso porque fue el que le pegó al amigo y él intento intervenir para separarlos. Después los golpearon los otros dos cuando iba caminando”, dice el papá, que también anticipa que habrá una audiencia de conciliación el 13 de diciembre.

Y tras conocer el pedido de elevación a juicio que hizo la titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº4, el padre de Matías se mostró a la espera de que se haga Justicia. “Hasta ahora no hemos visto que se haya hecho Justicia como corresponde. Vivimos en Argentina y vemos cada cosa… así que hasta que no salga una condena, yo no voy a creer en nada”, apunta.

En la requisitoria que llevó a la Justicia de Garantías, la fiscal Gómez consideró que los atacantes deben responder por el delito de lesiones leves en riña –por el primer incidente que se gestó en el sector del baño de caballeros del establecimiento nocturno de La Normandina-, Bracamonte y Belloso por lesiones graves en riña y Galvano por lesiones graves por el ataque a botellazos.

Sin embargo, ante la falta de antecedentes penales de los acusados y el proceso civil que inició la familia de Montín por la reparación en sede pertinente de los Daños y Perjuicios ocasionados, es posible que se considere como solución alternativa del proceso una Suspensión de Juicio a Prueba.