Así se vivió el cierre de campaña del Frente de Todos en Mar del Plata

Condicionado por la tormenta, el acto que encabezó el presidente Alberto Fernández evitó la postal de multitudes y tuvo que conformarse con las instalaciones del teatro Auditorium para llevar su mensaje de cara al domingo. Todos los detalles y los entretelones de una jornada que tuvo a todos los ojos de la política puestos en la ciudad.

La adversidad climática hizo cambiar los planes en el oficialismo a contrarreloj. Fotos: Romina Elvira para 0223.

8 de Septiembre de 2021 22:14

Atípica. Así se puede resumir la experiencia de lo que fue el cierre de campaña del Frente de Todos que lideró este miércoles por la tarde el presidente Alberto Fernández en Mar del Plata, con unas condiciones climáticas que no acompañaron para nada y que obligaron a hacer un acto a puertas cerradas y de concurrencia muy limitada a raíz de las medidas de cuidado que se mantienen por la pandemia del coronavirus.

La expectativa inicial que había en el Gobierno era muy distinta y mucho más ambiciosa: todo apuntaba a repetir una postal de éxito y al aire libre en La Rambla, escenario que trae los mejores recuerdos al Frente de Todos después del triunfo que se logró en 2019 a nivel nacional contra Juntos por el Cambio. Las autoridades, sin embargo, tuvieron que hacer un cambio de planes a contrarreloj para paliar la lluvia, el viento y la neblina que molestaron a la ciudad desde temprano.

Las adversas condiciones climáticas obligaron al presidente y a sus precandidatos a permanecer puertas adentro del teatro Auditorium. Afuera, una moderada custodia de efectivos policiales hizo cumplir un importante corte de tránsito en el Bulevar Marítimo que desalentó aún más cualquier posibilidad de concentración de público. Los puestos de choripanes y hamburguesas que suelen caracterizar el color de cada acto con fuerte presencia kirchnerista quedaron en el pasado y apenas se pudieron instalar un par de vendedores ambulantes debajo del techo de la galería de ingreso al complejo provincial de las artes.

Dentro del escaso merchandising, hubo gorras y remeras pero la principal novedad en la oferta de artículos fue la inclusión de almohadones y barbijos con estampas de Evita y otros íconos del peronismo. Los almohadones, según el tamaño, tenían un costo de entre 300 y 200 pesos mientras que los barbijos se mantenían en los 200 pesos. A pesar de todo, al mal clima se le puede atribuir una sola virtud: al no tener que soportar multitudes ni vallados al borde del colapso, las autoridades descomprimieron los focos de atención y pudieron hacer fluir el acto con prolijidad y sin demoras graves.

Con la implementación del protocolo de la pandemia, la prensa también quedó vedada de acceder al interior de la sala teatral, a fin de evitar amontonamientos por la cantidad de medios de comunicación presentes en la cobertura. La actividad periodística quedó reducida al Foyer principal del complejo, atravesado a la mitad por una serie de vallas blancas que evitaban el acceso a las escaleras que conducían hacia los principales protagonistas de la jornada.

El desafío operativo que demandó mayor trabajo para el Gobierno fue la virtualidad. A las 14.40, comenzaron las pruebas de sonido para garantizar la conectividad simultánea con Junín y Bahía Blanca, las ciudades desde donde brindaron su acompañamiento Sergio Massa y Máximo Kirchner, respectivamente. En poco más de 20 minutos, estuvo todo coordinado y el oficialismo inauguró la serie de discursos en la sala Astor Piazzolla, la más importante del complejo y una de las más grandes en la ciudad, que se colmó con el cumplimiento de los protocolos básicos de la pandemia - uso de barbijo obligatorio y una butaca de distancia entre cada asistente - y con aplausos y arengas en momentos clave.

Fue Victoria Toloza Paz, la cabeza de lista del Frente de Todos, quien se puso el acto al hombro al oficiar como la conductora del evento electoral presentando a cada precandidato. Aunque su intervención se demoraría casi una hora y media, Alberto Fernández hizo su primera aparición en escena a las 15.40. Su llegada a la ciudad, después de participar en la Cumbre Latinoamericana sobre Cambio Climático, también atravesó dificultades por la tormenta. La intensa neblina impidió programar un aterrizaje directo en la costa, por lo que el presidente viajó en avión junto al ministro del Interior, Wado De Pedro, y el jefe de gabinete, Santiago Cafiero, y desde el aeropuerto internacional Astor Piazzolla tuvo que  trasladarse en combi hasta el Auditorium, según consignaron fuentes de Casa Rosada consultadas por 0223.

El primer orador con mayor peso dentro de la fuerza oficialista fue Máximo Kirchner, quien exactamente a las 15.51 tomó el micrófono, y con timing, pidió un minuto de silencio por las pérdidas de seres queridos que hubo por el avance repentino del Covid-19 antes de profundizar su discurso. "Ha sido muy difícil, pero estoy convencido de que tenemos una oportunidad, que debemos aprender de las cosas que nos pasan y nos suceden", manifestó.

"Este domingo yo no les voy a pedir el voto, pero sí que cada argentino y argentina reflexione cuando entra al cuarto oscuro cómo recibió el país Macri y cómo lo dejó", dijo desde Bahía Blanca el presidente de la bancada de diputados del Frente de Todos, quien también reflexionó: "Al principio elogiábamos la virtualidad pero al final ya nadie más la aguantaba. Porque al fin y al cabo humanos somos y queremos vernos y encontrarnos".

Estas últimas palabras del hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner resumen, en parte, las sensaciones que envolvieron a los pasillos del teatro, con gestos de unidad y reencuentro. A su turno, el presidente de la Cámara de Diputados abogó por un mensaje más aperturista aunque la crítica dura a Juntos no faltó. "Podrán mudar a sus precandidatos de un distrito al otro pero son los mismos que dejaron a Argentina endeudada, sin proyecto de desarrollo económico y aconsejándole a nuestras pymes que, en lugar de proyectarse y crecer, cerraran e importaran", disparó.

El reproche a la oposición por los cambios de jurisdicción de última hora que se designaron con algunas figuras (en particular, con María Eugenia Vidal y Diego Santilli) para disputar esta contienda electoral en la Provincia o en Capital Federal se repitieron a lo largo de la tarde y fueron aprovechados por la primera precandidata a diputada, Victoria Tolosa Paz, quien ofició como “conductora” del evento al presentar a cada precandidato. "Tuvieron que cruzar el Riachuelo porque no pueden sostener la mirada", insistió la cabeza de lista al despertar uno de los aplausos más fuertes de la tarde en la Piazzolla. 

El gobernador Axel Kicillof fue el que se tomó el mayor tiempo de alocución, con uno de los tonos más críticos al punto tal que denunció "una nueva estafa electoral" por parte de Juntos. "Nos quieren traer el mismo país que hicieron. El mismo dolor y fracaso. Por eso no van a debatir. La idea es que no se hable del desastre que hicieron. Quieren concluir, terminar y profundizar el proyecto que llevaron adelante en los cuatro años de gobierno”, aseguró.

De cara al domingo, el mandatario pidió que “cada voto sea el voto de la reconstrucción y el renacimiento de la provincia y la Argentina”. "No queremos volver a Macri y Vidal. Queremos poner a la provincia en la senda de la producción, del empleo y del desarrollo. Vamos a gobernar incansablemente para crear trabajo. En estas urnas hay que poner un voto muy claro. Un voto que vuelva a significar una Argentina con producción y con empleo”, sintetizó.

Y pasadas las 17, habló Fernández en un tono que fue de menor a mayor, fiel a su estilo. Demoró media hora en hacer un racconto de la gestión y de cada uno de los logros y las dificultades de la pandemia hasta insistir en las posibilidades de reactivación. En la sala, mientras tanto, no hubo mayores movimientos: cada asistente se mantuvo en su butaca, expectante y atento a cada pausa, a cada énfasis, para aplaudir y acompañar el discurso final.

El presidente no esquivó la polémica que se instaló esta semana por los dichos de Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de Gobierno porteño, sobre avanzar con una posible quita de indemnizaciones y citó este paradigma como ejemplo de la diferencia ideológica que existe con la oposición: "Para ellos trabajar es un costo. Para nosotros está el capital y el trabajo que se asocian en un proyecto común. No es un costo, es un aporte para el crecimiento".

Después de dos horas, la transmisión oficial acusó la primera falla y sufrió una interrupción que no fue advertida en el Auditorium pero que sí trajo dolores de cabeza a la organización al perder la posibilidad transmitir el último tramo de los dichos del jefe de Estado, donde mostró su costado más contundente y enérgico. “Acá hay dos modelos de país: hay un modelo que piensa en ustedes y hay un modelo que piensa en ellos. Por favor, voten por ustedes, voten por el pueblo, voten por las argentinas y por cada trabajador de esta maravillosa Argentina”, fue la arenga con la que remató su intervención Alberto Fernández, entre aplausos y gritos que se replicaron a lo largo y ancho del teatro.

Mientras las imponentes pantallas leds instaladas en distintos sectores del complejo provincial reiteraban fotos de Cristina y hacían un repaso de otras postales de la campaña, el conjunto de precandidatos y funcionarios se despidió y el resto de la dirigencia abandonó poco a poco las instalaciones teatrales tratando de respetar el orden y las medidas de cuidado. Lo único que no se despidió de Mar del Plata fue la lluvia, que era aún más intensa tras el acto de cierre. Pero a pesar de las adversidades del clima y del Covid-19, el Frente de Todos pudo pisar firme en la ciudad y llevar con fuerza su mensaje de campaña de cara al 12 de septiembre, una fecha bisagra para el futuro del Gobierno.