¿Qué pasó con la ballena de 8 metros que murió hace 4 años en Punta Mogotes?

La tragedia del ejemplar de once toneladas mantuvo en vilo a Mar del Plata y gran parte del país durante 48 horas, en abril del 2018. Después de la muerte, se pensó en recuperar el esqueleto para el museo de Ciencias Naturales pero la posible exhibición todavía asoma como un sueño lejano. 

La pandemia del coronavirus complicó los planes para inmortalizar al gigante en una exposición. Foto: archivo 0223.

5 de Junio de 2022 15:46

Por Redacción 0223

PARA 0223

En abril de 2018, una ballena jorobada de 2 años quedó varada frente al balneario N°15 de Punta Mogotes y acaparó toda la atención de Mar del Plata y gran parte del país. Durante cuarenta y ocho horas, se trabajó con desesperación para salvarla pero el gran tamaño del animal – medía ocho metros y pesaba once toneladas – frustró cada uno de los esfuerzos y en la tarde del lunes 9 se produjo el peor desenlace.

Aunque la historia, en verdad, no termina ahí. Es que el varamiento no marcó un simple antecedente sino que se trató del más importante para los registros que tiene la ciudad ya que nunca se había acreditado la llegada a la costa de un cetáceo de semejantes dimensiones. Con este dato en mano, las autoridades decidieron que el destino final del ejemplar de megaptera novaeangliae fuese el Museo de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia.

El cadáver, entonces, debió ser enterrado en un predio privado, lindero al relleno sanitario de General Pueyrredon, para que una vez que transcurra el proceso de descomposición natural se pueda extraer la totalidad del esqueleto y así permanezca en exposición dentro del establecimiento cultural que depende de la municipalidad.

La ballena que llegó a Punta Mogotes fue un sub-adulto de 2 años de edad aproximadamente.

Y hoy, a cuatro años del entierro, la espera sigue. Autoridades e investigadores consultados por 0223 confirmaron que la ballena continúa enterrada en el mismo lugar y reconocieron que todavía no han ido a visitar el predio, por lo que no se ha reportado avance alguno en el proceso de recuperación del material esquelético del gigante que encalló en el sur.

Si bien el tamaño de la ballena dilata la descomposición, las principales demoras se atribuyen a la pandemia del coronavirus, que durante dos años vedó a los integrantes del Laboratorio de Mamíferos Marinos de la Universidad Nacional de Mar del Plata de ir a recorrer el terreno para constatar la situación del cadáver.

“Si no hubieran existido estos años de inactividad en pandemia, seguramente ya se hubiese ido al lugar a ver el estado de descomposición de la ballena. Pero la verdad es que hace muy poquito tiempo que nos pudimos reincorporar. Todos los integrantes del grupo nos vimos afectados de alguna forma; sufrimos muertes cercanas o parientes internados”, explicaron investigadores de la casa de estudios.

Hay esperanza de que en los próximos meses, en caso de que no vuelva a agravarse la incidencia del Covid-19 en el día a día de la sociedad, se coordine una visita al predio para “evaluar el nivel de descomposición del ejemplar”. Los especialistas involucrados descartan, de todos modos, que haya habido algún cambio significativo en este tiempo.

Defensa Civil coordinó el traslado del cadáver del ejemplar de megaptera novaeangliae.

“Al ser tan grande el animal, esto desgraciadamente toma mucho tiempo. El terreno que se eligió para la ballena es muy húmedo y cuando hay tanta humedad, a veces el proceso puede demorarse todavía un poco más. Y aunque la descomposición haya avanzado, igual queda un trabajo importante de limpieza y en nuestro grupo tampoco tenemos la cantidad de personas que se necesitaría para acelerar cada una de estas tareas”, aclararon.

En el Museo de Ciencias Naturales coincidieron en que la recuperación del esqueleto demanda un “tiempo y un presupuesto realmente importantes”. “Obviamente que la recuperación está dentro de los planes del museo pero todavía no se puede pensar en un plazo determinad. Al tener tanto volumen, se necesita mucho tiempo para que las condiciones sean óptimas y se recupere el ejemplar”, agregaron.

En principio, la idea que se baraja con más fuerza es dejar el esqueleto de la ballena jorabada en alguna muestra interna aunque los investigadores universitarios no descartaron un montaje en las afueras, sobre Plaza España. “Este animal es suficientemente grande como para exhibirlo a la intemperie”, aseguraron.

¿El camino más lento?

En Fauna Argentina fueron críticos con la larga espera  y consideraron que las autoridades locales podrían haber apostado por otra metodología de recuperación más costosa aunque más efectiva. “Nosotros ya hemos recuperado esqueletos de ballenas francas y otros ejemplares a través del descarne, que es algo que también sirve para tomar muestras de órganos y tejidos”, dijo Juan Lorenzani, titular de la fundación marplatense.

“El descarne quizás cuesta más trabajo pero acá, en lugar de convocar a gente con experiencia en descarte de ballenas, prefirieron enterrar al ejemplar y después puede pasar que se pierda, que haya algunas piezas que no se encuentren y entonces no se puede rearmar todo el esqueleto como corresponde”, advirtió el referente de la organización.

Para el hombre de Fauna Argentina, la práctica de descarnar “hubiese sido una opción mucho más útil" para lograr una recuperación "hueso por hueso”. “Así te asegurás toda la colección completa más la muestra de los órganos internos, que es un elemento muy importante a la hora de saber las razones por las que pudo haber muerto la ballena”, apuntó.