Estuvo diez meses detenido por un crimen y lo liberaron

El cierre de la investigación por el crimen de Daniel Campos el 21 de enero pasado durante una pelea en el barrio Florencio Sánchez terminó con el pedido de liberación de uno de los dos acusados del hecho que estaba detenido en la Unidad Penal N°44 de Batán: si bien Carlos Alvarado (34) seguirá imputado, la Justicia de Garantías dispuso el cierre de la medida de coerción vigente.

El pedido de libertad que hizo la propia fiscal Florencia Salas se basó en la nueva declaración que dio Ezequiel Posadas (24) y el informe médico que estableció la mecánica del hecho y la existencia de heridas de carácter defensivo en su cuerpo. Esa versión es la que habían dado desde el comienzo los otros tres imputados y la defensa a cargo del abogado penalista Raúl Ruiz desde el comienzo de las actuaciones.

La Jueza de Garantías Rosa Frende hizo lugar al pedido de la Unidad Funcional de Instrucción N°1 para cesar la medida de coerción de Carlos Alvarado y ordenó su inmediata libertad.

Tal como se informó en su momento, por el crimen de Campos fueron detenidos en un primer momento Posadas, Alvarado y dos mujeres identificadas como Karen Torre (23) y Mayra Silva (21). A ambas se le dictó la falta de mérito y recuperaron la libertad.

La primera versión de los hechos indicaba que a Campos lo mataron cuando unas personas fueron a su casa, ubicada en Mario Bravo, entre Juana Manso y Florencio Sánchez, en venganza por el robo de una televisión que se le atribuía a su hijo. Esa posibilidad fue negada por la familia de la víctima que aportó algunos datos que terminaron con la aprehensión de dos hombres y dos mujeres.

En su declaración ante la fiscal Florencia Salas, Posadas sostuvo que  esa madrugada llegó con otras personas a la casa del barrio Florencio Sánchez porque un grupo de personas les habían robado varias pertenencias que escondieron en el predio. Relató que la primera vez que fue, los ocupantes del predio lo expulsaron y que regresó minutos más tarde con otras personas y que solamente tenían en su poder varios caños de pileta.

Siempre de acuerdo a la versión de Posadas, en el segundo intento por recuperar sus bienes se cruzaron con Campos que estaba armado con una cuchilla y comenzaron a forcejear. Dijo que sufrió varias heridas cortantes y que en ese intento de defensa lo hirió con el mismo arma antes de escapar: diez meses después, esa versión quedó confirmada parcialmente y derivó en la libertad de Alvarado.