¿Nos damos cuenta de los que sufren a nuestro alrededor?

Carola enfrenta una profunda crisis emocional. Una fuerte lucha interna y un intento de suicidio se combinan con las presiones sociales para plantear la duda sobre hacia dónde nos lleva esta forma de vivir.

Loca interpela desde la ficción a la sociedad actual. Foto de archivo.

5 de Octubre de 2024 12:56

Este nuevo libro tiene que ver con la historia de su formación. Ella misma dice que, sin los cinco anteriores, este nuevo no podría haberse escrito. “Cuando me senté a escribir, estaba lista la investigación y la historia ya la venía arrastrando hace años”, dice la licenciada en Psicología Lorena Pronsky, autora de Loca (Vergara – 2024).

El libro se presenta: Carola Henner, psicóloga y escritora, tomó una decisión que pudo haber sido definitiva. Pero, en el minuto antes de lo fatal, algo inesperado sucedió. ¿Cómo se vuelve del deseo de morir? ¿Es posible reconstruir una nueva vida? ¿Cuántas de nuestras elecciones son libres y cuántas son reactivas frente a un mundo que no deja de empujar? Una novela donde su autora nos conduce junto a la protagonista, a través de las experiencias de Carola, que llevará al lector por un camino complejo, pero de constante autoconocimiento, en el cual la protagonista se encomendará a la tarea posible de vivir bajo la aceptación de la totalidad del mundo, tanto en sus zonas luminosas como en las más oscuras. 

Son temas que conmueven, movilizan y provocan empatía (por pensar en el sentir del otro o por haberlo vivido). En tiempos donde la angustia y la desolación golpean a la sociedad, Pronsky lo pone en un personaje que podría ser cualquiera. La autora lo argumenta de la siguiente manera: “Frente a esto, al modelo social y cultural que hoy día tenemos, frente a situaciones como estas, como las que pasan ahora, como las que cuento acá, donde hay enfermedades o quizás trastornos del estado anímico, que en su mayoría son productos o resultados de la misma sociedad que nos impone un montón de mandatos y que vamos cumpliendo, creyendo que somos súper libres sin darnos cuenta, sin preguntamos ¿por qué?, ¿para qué?, ¿cuál es el costo o el beneficio social de todo esto? Son temas que veo a diario y que me generan dolor. Me genera dolor ver cómo nos van manejando, cómo nos van manipulando”.  

- ¿Hay un afuera del sistema viendo la situación general?

- Una de las formas de estar fuera del sistema es estar angustiado, ¿no? Bueno, angustiado, deprimido, con ataques de pánico, con estrés, que son las enfermedades de hoy día, el síndrome del quemado, digamos, en fin, realmente no podemos salir. Cuando el medio está podrido es muy difícil salir. Entonces, uno, el que no tiene la posibilidad, por lo que sea, por recursos o porque están en un estado de vulnerabilidad, ese que no tiene la posibilidad de decidir, de asistir a ayuda como de un psicólogo o psiquiatra, o ayuda limitada como le pasa a Carola, donde el que la atiende le medica de una y listo, es muy difícil salir sola. O te atiende unos minutos nomás porque hay muchos pacientes o te atienden solo online, y eso no es lo que la mayoría de los casos necesitan. Duele el otro, los procesos del otro, y sin darnos cuenta el resto sigue ahí. La presión y el hostigamiento social para estar feliz como una meta y de forma paralela como es como que van creciendo los casos de depresión e intentos de suicidio, también en los más chicos. Entonces se llega a una sociedad donde el médico de cabecera es el psicólogo o el psiquiatra.

- ¿Vale todo eso la creencia de ser felices? De hecho, ni nos preguntaron si queríamos ser felices o cómo queremos ser felices…

- Es un disparate. Yo, con el tema de la meta de ser feliz, estaba pensando que no nos dicen que la meta debería ser ayudar al otro, sino que seamos felices nosotros mismos. No un llamado a la vocación de ayudar al otro, no a dar. ¿Y si fuera eso? ¿Y si nos propusiéramos eso? Porque nadie te dice que para ser feliz tenés que dar, sino que tenés que ser feliz como puedas.

-Una de las cosas que pensaba del libro es el título. En épocas donde se inventan eufemismos y no se quiere hablar en negativo, vos titulás directamente Loca

- Claro, no quería disfrazar las cosas. Son lo que son. Existen los problemas en salud mental y existe la depresión, punto. No se llama de otra manera. Es un sistema que está manejando la locura, la enfermedad, la normalidad, que se está loco cuando uno se rebela frente a las normas del sistema, ¿cómo se le llama a esta persona? O termina presa o termina en una clínica neuropsiquiátrica y termina en la exclusión. Como dice Carola, la que estoy loca hoy son yo porque soy la que me tomo las pastillitas de colores, pero nadie piensa cómo uno llega a esta situación de detone. Nadie piensa qué es de los demás actores sociales o qué hacen y generan, impulsan y empujan a que el otro diga basta.

Otros textos de la misma autora.

-Claro, el loco como muestra de lo que deja el sistema, pero que igual buscan domesticarlo. Pensarlo como una enfermedad o como el resultado de un sistema…

- Exactamente, ella está gritando su locura, digamos. Su locura está porque termina medicada, es decir, ratificada socialmente por su psicólogo.

Loca es la primera novela de Pronsky. Casi una búsqueda de ejemplificar para entender todo aquello que se expuso en los libros anteriores. “Van a poder entender cómo duerme una persona que está depresiva, cómo respira una persona que está depresiva, cómo ama, cómo ve la vida. Creo que tuve esa posibilidad de contar la depresión a través de la ficción, desde ahí adentro, a través de la sangre de Carola. Esto que la condena a ser excluida en un mundo donde se piensa diferente, se siente diferente, se ama diferente”, indica.

- ¿Y cómo ve el mundo una persona que está en estas condiciones?

-  Puntualmente, vive disociado. O sea, vive poniendo una cara y sintiendo otra cosa. La poca energía que tiene la usa para una buena disponibilidad del otro. No es que el sujeto está triste y va llorando, no te lo vas a encontrar así. Este es el esfuerzo, el poco de esfuerzo que tiene que hacer para poner la cara, para no molestar al otro. Entonces, creo que una de esas cosas importantes es esa, es aprender a disociarse, aprender a funcionar de una manera cuando se sale de la casa y cuando se entra a la casa. La otra es el hastío, el cansancio que provoca el convencer al otro para que entienda que él no puede. No es que estoy mal porque se me rompió el calefón, estoy condicionada porque tengo una enfermedad mental. Y una última es como todo el sistema colabora para que Carola termine de la forma que termina.

Loca interpela desde la ficción a la sociedad actual, pero también nos obliga a responder qué hacemos nosotros por la sociedad y por los que están alrededor. ¿Qué papel juega nuestra sociedad en la creación y perpetuación de la soledad y la desesperación? ¿Estamos haciendo lo suficiente para apoyar a quienes luchan en silencio? ¿Estamos lo suficientemente atentos a nuestros cercanos como para darnos cuenta que sufren? La lectura propone, el lector o lectora deberá responderse.