De construcción emblema a espacio de Memoria Verdad y Justicia con anexo para gintonería
Instalado como un elemento para evitar accidentes en embarcaciones que circulaban por la zona, se transformó durante la última dictadura cívico militar en un centro de detención clandestino y desde hace diez años es un símbolo de memoria. Ahora, un proyecto busca instalar un bar en el predio y se encendió la polémica.
Surgió como una solución al problema que tenían los navegantes en la zona y desde su fundación se encuentra bajo la órbita del Servicio de Hidrografía Naval dependiente de la Armada Argentina (ARA). Luego, alrededor de la señal se contruyeron edificaciones en las que funcionó la Escuela complementaria de la Armada “Francisco De Gurruchaga” y desde 1969 dio lugar a la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina (Esim). Durante la última dictadura cívico militar fue uno de los centros clandestinos de detención de la ciudad. Ahora, el Concejo Deliberante (HCD) autorizó, con los votos del oficialismo y de La Libertad Avanza el uso y ocupación con carácter precario a la Asociación Vecinal de Fomento Faro Norte, de una parte de la parcela de una hectárea y de dominio fiscal municipal ubicada en la zona de la rotonda de El Faro, en la Avenida de los Trabajadores 5700 y pegada al mar. El permiso tiene un plazo de cinco años, con opción de prórroga de un año y se habilita el uso de suelo para instalaciones destinadas a establecimiento gastronómico con elaboración artesanal de bebidas espirituosas por destilación.
Los inicios del Faro
Cuenta la historia que hace 133 años, don Jacinto Peralta Ramos donó una porción de playa en Punta Mogotes para que se instale el Faro de Mar del Plata y así se de solución a la problemática que la zona presentaba a los navegantes por su peligrosidad, ya que el sector, al ser la continuación marina de las sierras de Tandilia, en más de una oportunidad se producían encallamientos.
La colocación de un faro era, a todas luces, la solución. Así, en 1890 se ordenó la construcción del faro, que fue realizada en Francia, por la empresa Barbier, Benard y Turenne, traído desarmado y ensamblado por la misma empresa y el constructor Pedro Besozzi e inaugurado el 5 de agosto de 1891. Desde su fundación se encuentra bajo la órbita del Servicio de Hidrografía Naval dependiente de la Armada Argentina (ARA).
Las crónicas de la época dan cuenta de la aparatología avanzada con la que contaba: el primer sistema de iluminación constaba de una lámpara de 5 mechas a nivel constante con luz blanca giratoria de 10 segundos de exposición por minuto.
Durante el año 1916, se habilitó el llamado Faro Sirena que emitía un sonido similar a la bocina de un barco, utilizada principalmente en los días de niebla. El 15 de febrero de 1918, se cambió el aparato óptico luminoso por un sistema automático alimentado a petróleo y 10 años después volvió a cambiar el sistema por un nuevo aparato óptico luminoso automático utilizando gas de acetileno.
En 1939 se instaló en uno de los chalets del predio una radio de comunicaciones, inaugurada como estación radiotelegráfica.
Dos décadas más tarde, en las edificaciones linderas al Faro de Punta Mogotes, se inició la instalación de la Escuela complementaria de la Armada “Francisco De Gurruchaga”. Los edificios fueron construidos originalmente para la colonia de vacaciones destinada a hijos del personal de la Armada “Coronel de Marina Tomás Espora”.
Los peores años
La Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina (Esim) comenzó a funcionar a partir de enero de 1969, bajo jurisdicción de la Dirección de Instrucción Naval; aunque la institución data del año 1935, cuando inició su actividad como una escuela de instrucción dependiente de la Armada (oficializada en 1961 a partir de un decreto presidencial del por entonces presidente Arturo Frondizi).
Durante la última dictadura cívico-militar, la Esim funcionó como centro clandestino de detención, al mismo tiempo que en sus instalaciones se adoctrinaba a los infantes de marina para combatir en la “lucha contra la subversión”.
En diálogo con 0223, Alberto Pelegrini, detenido desaparecido en la Esim recordó que si bien no recuerda la cantidad exacta de días que estuvo en el predio, fue secuestrado un 5 de agosto. "Parte de mi detención ocurrió en el periodo de El Faro –primero empecé en la Base Naval- y seguí en El Faro aproximadamente 20, 25 días, porque no puedo precisar cuántos días, ya que estaba encapuchado y vendado y perdés hasta la noción del tiempo. Yo garantizo y juro ante quien sea, que pasé los peores días de toda mi vida ahí y después terminé en Puerto Belgrano”, recordó.
Memoria, Verdad, Justicia y un bar...
En 1997 el partido de General Pueyrredon designó al Faro como un espacio de interés patrimonial según la Ordenanza Municipal 10.075 y, en marzo del 2015 el Paseo Costero “Arturo Illia” fue declarado como lugar histórico nacional, bajo la Ley 27.127.
Esto fue posible gracias a que desde septiembre del 2014 funciona en el predio el Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos exEsim.
Este jueves, en medio de un fuerte debate, el oficialismo y el bloque de la Libertad Avanza de la ciudad aprobaron el proyecto presentado en junio por el Jefe Comunal Guillermo Montenegro para que la Asociación Vecinal de Fomento Faro Norte haga uso y ocupación de una parte de la parcela de una hectárea y de dominio fiscal municipal ubicada en la zona de la rotonda de El Faro, en la Avenida de los Trabajadores 5700 y pegada al mar. El permiso tiene un plazo de cinco años, con opción de prórroga de un año y se habilita el uso de suelo para instalaciones destinadas a establecimiento gastronómico con elaboración artesanal de bebidas espirituosas por destilación. Para el ex detenido-desaparecido la iniciativa "es una afrenta". "No pueden emborracharse y bailar sobre nuestros muertos, sobre nuestra historia. No está bien que eso pase”.
En tal sentido, Pellegrini manifestó que no concibe que pongan una gintonería "Mar del Plata tiene 1.450 kilómetros cuadrados, es lo que ocupa el distrito de General Pueyrredon y justo ahí tienen que poner una gintonería".
El exdetenido desaparecido sostuvo que a su entender, la aprobación de tal iniciativa va “por el lado de los negocios” y reprochó: “No puedo concebir que todos los legisladores de los sectores del oficialismo estén convencidos de esto”.
El proyecto presentado en junio por el intendente Montenegro fue aprobado por los 15 votos de los bloques Vamos Juntos (Pro), Unión Cívica Radical, Coalición Cívica y La Libertad Avanza, mientras que acumuló 9 votos en contra de Unión por la Patria, Frente Renovador y Acción Marplatense.
La ahora ordenanza autoriza la firma de un convenio entre la sociedad de fomento y la Municipalidad, donde se estipula un canon anual de $3 millones, es decir, $250 mil mensuales que se irán actualizando por inflación. Finalmente, se habilita que la entidad civil ceda el uso del predio a un tercero para la instalación de un negocio gastronómico -una destilería de gin-, “siempre que dicha cesión no exceda el marco del permiso de uso y ocupación”. El tercero en cuestión es la empresa Burbarrel SA, más conocida por su producto estrella, el gin Restinga.
Desde el oficialismo argumentan que el proyecto "no tiene nada que ver con los derechos humanos". "Queremos poner en valor un espacio municipal, esto no es algo ideológico y así lo dicen las ordenanzas y leyes: esto no tiene nada que ver con los derechos humanos", concluyó el titular del bloque Vamos Juntos, Agustín Neme.
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