"Me llamó la atención": qué le dijo la clínica odontológica a la familia del hombre que murió cuando se hacía un implante

Desde el establecimiento les advirtieron a los parientes del fallecido que no avanzaran con pericias clave.

Por lo pronto, el lugar no les permitió realizar la autopsia.

22 de Noviembre de 2025 13:25

Por Redacción 0223

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La muerte de Miguel Berlini, ocurrida luego de ingresar a una clínica odontológica para colocarse implantes, generó conmoción entre sus familiares, que denuncian irregularidades en el procedimiento y en el accionar posterior del establecimiento. Su hermana Alejandra contó que desde el lugar incluso les pidieron no avanzar con pericias clave: “No autorizaron la autopsia”. También sostuvo que los responsables del centro médico intentaron minimizar la gravedad de lo sucedido.

La mujer aseveró que dentro de la institución había sectores clausurados y profesionales detenidos, algo que nadie del lugar le confirmó formalmente. “Nos dijeron que lo que estaba clausurado al quirófano, que me parece irrisorio… El doctor Robles, que es el dueño de esta clínica, y el doctor Galeano, que es el odontólogo, están detenidos. Yo no lo puedo comprobar… La clínica está abierta”, señaló. La señora remarcó que su hermano solo esperaba una intervención odontológica de rutina.

Al mismo tiempo, relató que acompañó a Berlini durante todo el proceso. “Yo estuve con él desde las 8 de la mañana del día 19, cuando empezó la operación… Él lo que se iba a hacer eran unos implantes”, recordó. Sin embargo, la cirugía comenzó a prolongarse más de lo habitual y el personal médico tomó decisiones que ella consideró inusuales. Con el correr de las horas, la preocupación aumentó ante la falta de información clara.

El momento más desconcertante llegó cuando los profesionales comunicaron un cambio inesperado en el procedimiento. “A las 12.30 viene el doctor Robles a decirme que lo iban a llevar a la terapia intensiva para escanearle la boca… me llamó la atención que lo lleven a una terapia para escanear”, explicó. La víctima, de 64 años, vivía en Villa Adelina, era pastelero, padre de dos hijas y también trabajaba como chofer de aplicaciones. En redes sociales, solía compartir su pasión por la naturaleza y los viajes con su familia.