Menos es más: las tiny houses son furor en Uruguay con propuestas simples y sofisticadas
El “Tiny House Movement” gana lugar en el país vecino con diseños renovados que marcan tendencia. Las claves del éxito de este tipo de construcciones.
Por Redacción 0223
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Hace mucho que las casas diminutas (popularizadas como Tiny Houses) dejaron de ser una rareza de Pinterest y TikTok. Mientras en los países más desarrollados a nivel mundial son las construcciones más explotadas, un país en Latinoamérica las posiciona cada vez más: en Uruguay ya son una opción real, con proyectos que mezclan diseño, sustentabilidad y un estilo de vida minimalista que pisa fuerte.
Estas viviendas compactas llegan a tener desde 15 a 30 m² en promedio y aprovechan al máximo el espacio. Pueden ser fijas o sobre ruedas, y se adaptan tanto como casa permanente como para turismo o escapadas de fin de semana.
La filosofía y el practicismo se mezclan, ya que la idea central es vivir con lo esencial, gastar menos en construcción y mantenimiento, y reducir la huella ambiental.
Empresas como Tiny House Uruguay, My Tiny Way o Isopanel Uruguay han sabido posicionarse en el mercado, con diseños artesanales que pueden entregarse en pocos meses, modelos listos con interiores funcionales y bonitos, y espacios reducidos al mínimo para aprovechar terreno.
Pensadas para una o dos personas, tienen precios que van desde los 20 mil dólares y pueden trepar a los 40 o 50 mil en versiones más completas y con mejor aislación.
Qué buscan los compradores
Si bien las tiny reciben público variado, los extranjeros que invierten para turismo o alquiler vacacional son los principales compradores. A su vez, uruguayos que tienen un terreno y buscan una solución rápida y más económica que la vivienda convencional se suman a esta movida internacional.
Finalmente, los más jóvenes son el tercer impulsor del crecimiento de estas casitas, con chicos que se animan a una vida minimalista y apuestan por el “off-grid”, en particular luego de la pandemia que también empujó a muchas personas a buscar un espacio propio en contacto con la naturaleza.
Pros y contras
La rapidez de construcción, el menor mantenimiento, el diseño sustentable y la flexibilidad de usos ubican a las tiny houses dentro de las opciones más elegidas.
Si bien los pros son muchos, las contras también son tenidas en cuenta por los compradores: el costo por metro cuadrado no siempre es bajo, las regulaciones todavía son difusas (sobre todo en el caso de las que van sobre ruedas) y adaptarse a espacios reducidos no es para cualquiera.
En resumen, los proyectos “llave en mano” con energía solar, sistemas de captación de agua y diseños pensados para el turismo no paran de crecer. Así, las tiny houses ya no son solo un “capricho de revista” en Uruguay sino que empiezan a consolidarse como una opción concreta para quienes quieren vivir una vida diferente.
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