La inédita aprobación de un expediente amenaza con desdibujar al Concejo

El proyecto de zona roja incluyó tres dictámenes y ninguno tuvo el aval de la mayoría de la comisión. Sin embargo, será tratado en la próxima sesión. Entre polémicas y el ninguneo, el cuerpo legislativo pierde peso. 

El oficialismo avanza con dos proyectos clave pese a una fuerte polémica.

15 de Junio de 2022 21:44

“A mí me eligieron para tomar decisiones y entre ellas está cuidar a los vecinos”, dijo Guillermo Montenegro el día que resolvió implementar el convenio de fotomultas, sin el aval del Concejo Deliberante. La misma frase podría repetir con la Zona Roja. Y ambos casos tienen una coincidencia: el oficialismo demostró que está dispuesto a forzar las interpretaciones para avanzar en sus planes.

El intendente siempre tuvo una relación distante con el cuerpo legislativo. El voto negativo de Alejandro Carrancio, hasta ese entonces su jefe de bloque, al pliego de transporte marcó un punto de inflexión y desde allí Montenegro buscó identificar al cuerpo legislativo como un ámbito de discusiones estériles y de palos en la rueda a su gestión.

En los últimos diez días, sin embargo, decidió salir sólo de la crítica y avanzar en la aprobación de los proyectos, a pesar de la resistencia legislativa. Y lo hizo al límite de los reglamentos. Acostumbrado a medir el humor social, Montenegro sabe que no tendrá reproches de la sociedad a su accionar.

En el Concejo Deliberante, no obstante, hay preocupación. El convenio de fotomultas se puso en marcha a partir de un cambio en la Ley Orgánica de las Municipalidades aprobado con la ley de presupuesto provincial a fin del año pasado.

Agustín Neme asume la defensa de los expedientes oficialistas.

 

Según el nuevo texto, los municipios pueden implementar convenios sin la necesidad de enviarlos al Concejo Deliberante cuando sean firmados con “organismos de la Administración Central, desconcentrados, descentralizados; sociedades y empresas del Estado, tanto de la Provincia de Buenos Aires como del Estado Nacional”. El texto no especifica universidades, pero el equipo de abogados del intendente consideró que las contemplaba.

En medio de denuncias y sospechas de “negociados”, la jefa del bloque de concejales del Frente de Todos, Marina Santoro, pidió al Tribunal de Cuentas de la Provincia, a cargo de Federico Thea –mano derecha de Axel Kicillof- que se expida sobre esa “interpretación”. En el principal bloque opositor creen que no es legítima. Y no son los únicos: Horacio Taccone, de Acción Marplatense, también habló de una ilegalidad.

Con todo, el sistema ya está en marcha (en etapa de colocación y ajustes) aunque abundan las dudas sobre qué pasará cuando empiecen a llegar las multas.

 

Los tres dictámenes de Zona Roja

Este lunes, la Comisión de Legislación protagonizó una nueva polémica por la validez en el tratamiento de un expediente. El proyecto que busca establecer zonas específicas para ejercer la prostitución tiene, tras intensos debates y la elaboración de varios proyectos, un amplio marco de coincidencias entre el oficialismo y la oposición, aunque también una diferencia insalvable: las multas y sanciones.

Para el intendente, fijar una zona sin la posibilidad de multar o encarcelar a quienes ejerzan la prostitución en lugares no habilitados no tiene sentido. En el Frente de Todos no aceptan las sanciones como solución a la problemática.

El proyecto oficialista que reelaboró la radical Marianela Romero tomó muchas de las propuestas que sumó la concejal del FdT, Sol de la Torre. Todo apuntaba a votar un dictamen de mayoría y otro de minoría para que la ordenanza final (con multa o sin multa) se resuelva en la sesión plenaria. Sin embargo, Horacio Taccone llevó a la comisión una tercera propuesta: armar una mesa de trabajo para buscar un proyecto consensuado.

La comisión entró en un cuarto intermedio para estudiar si era reglamentariamente posible que tres dictámenes lleguen a sesión. Hubo discrepancias, pero se decidió avanzar con un dictamen de mayoría y dos de minoría. Lo que siguió es algo técnico, pero puede explicarse de manera sencilla: cada espacio votó su proyecto y por ende ninguno obtuvo respaldo mayoritario.

Lo de los tres dictámenes ya era discutible, pero lo que hicieron fue un mamarracho. Por cómo se dio la votación se tendrían que haber archivado los tres expedientes. Nunca pasó en la historia”, disparó un concejal opositor. Y aportó un dato: todos los expedientes tratados el lunes ya fueron cargados en el sistema de gestión del Concejo Deliberante. “Menos el de zona roja. Tienen que marcar que fueron desaprobados y por ende sería imposible que lleguen a la sesión. Están en un problema grave”, agregó.

Desde Vamos Juntos, el bloque montenegrista, defienden lo actuado. Aseguran que un artículo del reglamento interno que habla del uso de la palabra dice “el o los despachos de la minoría”. Y con eso argumentan que los tres dictámenes pueden llegar a la sesión plenaria. Reiteran, además, un argumento que el oficialismo utilizó durante el debate por las fotomultas: “La mayoría circunstancial en una comisión no puede pesar más que la decisión del cuerpo”. El oficialismo tenía los 12 votos para aprobarlo en una sesión, pero no para que sea aprobado en la comisión de Legislación.

Marina Santoro pidió abordar la polémica reglamentaria en labor deliberativa.

 

La jefa de la bancada kirchnerista, Marina Santoro, pidió que en la próxima reunión de labor deliberativa, donde se reúnen las autoridades del cuerpo y los jefes de los bloques, se discuta el tema. “Esto abre una puerta peligrosa. Elimina el rol de las comisiones y cualquier proyecto puede llegar a la sesión”, planteó un representante del FdT. “¿Y si mañana deciden llamar a una sesión sin quórum? No podemos avalar cualquier cosa”, agregó.

La Unión Cívica Radical no está del todo cómoda con las últimas decisiones del intendente. Ningún concejal habló de las fotomultas. Dejaron que los justificativos los dé Agustín Neme, el concejal montenegrista que asume la defensa de la gran mayoría de los expedientes.

En el caso de “zona roja” hablan de un “gris reglamentario” y esperan llegar a un acuerdo político que permita salvar un potencial conflicto que puede salpicarlos: la comisión en la que se aprobó está presidida Daniel Núñez y el aval definitivo lo rubricará la presidenta Marina Sánchez Herrero, ambos radicales. No será sencillo. Por caso, Carrancio, enfrentado con el intendente, estaba dispuesto a acompañar el proyecto del oficialismo, pero ya anticipó que no avalará una maniobra que atenta contra legitimidad del cuerpo.

En medio de las diferencias políticas, son varios los concejales –oficialistas y opositores- que saben que el problema de fondo no es el proyecto en cuestión: ven que están transitando un camino que puede llevar a convertir al cuerpo legislativo en una cáscara vacía.