El precio de la ropa vuela: ¿por qué?

Los últimos informes del Indec muestran que la indumentaria es uno de los productos que más aumentos sufre. Acá te explicamos por qué.

El rubro “Prendas de vestir y calzado” desde hace tiempo figura en el “top five” de los aumentos de precios de acuerdo a las mediciones oficiales que mensualmente arroja el Indec. Con subas cercanas o superiores al promedio del aumento de los precios de la economía se ha convertido en uno de los segmentos de mayor suba, algo que impacta directamente sobre el volumen de compra de los argentinos.

 

¿Cuáles son los factores que indicen sobre el aumento?

El primer punto para destacar es el notable incremento de precios de las materias primas a nivel mundial del sector textil e indumentaria. Son insumos con gran presencia en toda la cadena de valor, cuyos precios están dolarizados porque son commodities y muchos de ellos además deben ser importados. Ejemplos de ello son la fibra de poliéster, fibra de algodón, acrílico, rayón viscosa o spandex.

A esto se le suma, en este contexto, el incremento de la energía eléctrica y del gas a nivel mundial que impacta en los costos de producción, junto al costo del flete que viene aumentando notablemente desde mediados del 2020, especialmente el flete marítimo a granel que supera el 400% de aumento en dólares si comparamos el valor actual con los niveles prepandemia.

El tipo de cambio no puede quedarse atrás. La devaluación del peso argentino es constante y se profundizó en los últimos meses como consecuencia de la crisis actual económica. Considerando que todos estos insumos están dolarizados, el fuerte aumento del tipo de cambio también tiene un efecto significativo en los costos de producción y lo tendrá todavía en los precios de los próximos meses en vidriera.

Otro elemento importante que resaltan desde la fundación Pro-Tejer es el rezago que tiene la recuperación del consumo interno fruto de la pérdida de poder adquisitivo de la población. Como efecto, las unidades vendidas de prendas de vestir aún se sitúan muy por debajo de los niveles de 2019 (que ya estaban retrasados en términos reales). Las ventas actuales y las proyecciones futuras de corto plazo están en caída con lo cual, frente a un mercado más reducido, el costo unitario por producto aumenta debido a que los costos fijos deben prorratearse entre menos unidades.

Si bien existe ropa barata, media y cara, tiende a observarse el comportamiento de precios en marcas Premium que se comercializan en canales de venta que suman una importante serie de costos no-industriales. Es decir, en una prenda de marca premium vendida en un local de un shopping, tiene un costo de fabricación industrial que representa tan solo el 8,5% del precio que se paga en la caja. Hay otros factores para sostener ese negocio que agregan una carga elevada a los costos totales como ser el alquiler en el shopping, las plataformas online, los costos financieros, costos de marketing, publicidad e impuestos que terminan generando una gran brecha de valores entre la puerta de fábrica y la vidriera.

Se agrega a esta larga lista de factores la depreciación del salario a lo largo de los años que magnifica la imposibilidad de acceder, muchas veces, a esas prendas que son de nuestro agrado o que necesitaríamos para realizar algún deporte, como ser un par de zapatillas que alcanzan los $45.000 (mano a mano con una canasta básica alimentaria).

La distorsión de precios en la Argentina produce un efecto de perdida de referencia de valores. Una prenda puede ponerse a la par del costo de un alquiler de un ambiente. Asi es como desde mayo se registra una retracción en el consumo de este rubro, con fuerte caída en las ventas en su comparación mensual e interanual. El mayor problema de este rubro, que no es de primera necesidad, viene siendo el salto en los precios que no solo desalienta el consumo, sino que activa aún más la venta informal por redes y grupos sociales, lo que perjudica al comercio formal e impacta nuevamente en los precios unitarios que se ven incrementados al necesitar sostener los costos fijos con niveles de venta menores. Una gran encerrona en tiempos de crisis.