Mar del Plata hace la plancha en el cierre del verano a la espera de un ajuste que "podría ser feroz"

Cómo vive la política marplatense la embestida del Gobierno Nacional sobre la provincia de Buenos Aires y cómo afectan esas decisiones a General Pueyrredon.

Municipalidad de General Pueyrredon. Foto de archivo 0223.

28 de Febrero de 2024 07:59

"Incertidumbre" es una de las palabras más utilizadas por estos días en el ámbito político local. "Todas las mañana amanecemos con nuevas medidas del Gobierno Nacional enfocadas en la macro, pero que no tienen en cuenta lo que pasa con la micro en la calle", dicen. "Preocupación" es lo que afirman sentir los integrantes del Ejecutivo y del Legislativo, y dicen estar también "ocupados" por lo que está ocurriendo con un impacto directo en General Pueyrredon, un municipio en el que desde algunos sectores sociales afirman que "no está preparado para la crisis que se viene".

Fuentes del oficialismo consultadas por 0223 dicen tener claro que "la calle la está pasando muy mal", al tiempo que reconocen que "hay grandes nubarrones en vista sin soluciones de ningún lado a corto plazo".

El cuello de botella que se está conformando debe mirarse primero desde el ámbito nacional, hasta llegar a Mar del Plata, hoy mucho más "apretada" que otros distritos. La escalada violenta, tanto desde lo económico como desde lo verbal, ya trascendió fronteras y llegó a la Justicia. Involucra al Presidente Javier Milei, como así también a varios gobernadores como es el caso de Axel Kicillof (Buenos Aires) e Ignacio Torres (Chubut), dos de los más combativos. "No contribuye a lo que está pasando. El diálogo es fundamental, tanto como escuchar al interior. En el medio está la gente", afirman en la Municipalidad, aclarando que "es todo muy incierto y no sabemos qué pasará ni con Kicillof ni con Torres, pero nosotros no queremos meterle más leña al fuego". Mirar desde afuera, pero padeciendo, y hasta incluso haciendo la plancha luego de la visita de Guillermo Montenegro a la Casa Rosada semanas atrás para reclamar por la polémica implementación de la Ley de Pesca contemplada en el DNU.

El oficialismo local está de acuerdo con que "no se podía seguir más por el mismo camino", pero también entiende, haciendo una lectura rápida del conflicto social y económico instalado en las calles, que "con estas medidas no se está castigando a un político, sino a la gente".

La crítica, si se quiere constructiva, pero que empieza a mostrar cada vez más en posiciones lejanas incluso a los partidos afines a los libertarios, empieza por afirmar que "no se trata de un posicionamiento ideológico, esto tiene que ver con el sentido común", claramente algo que se implementa muy poco desde las altas esferas.

"Está faltando en la toma de decisiones, sentido común. No es una cuestión de ajustar o no ajustar, se trata de que es necesario conversar más, escuchar, e ir tomando decisiones a corto, medio, y largo plazo, según corresponda. No hay que ir improvisando", dicen desde Mar del Plata, pero en voz baja, porque ya dejaron claro que "no se trata de meter más leña al fuego". Curiosamente, la mayor cantidad de acciones y decisiones que se vienen aplicando desde el Gobierno Nacional son improvisadas y están lejos del sentido común. "No se pueden tomar decisiones de largo plazo en un tiempo inmediato porque el resultado es lo que estamos viviendo, que como consecuencia más dolorosa termina dejando de lado las necesidades de la población".

A medida que vamos bajando llegamos a la provincia de Buenos Aires. Kicillof cada semana que pasa se muestra más afilado y en los últimos días confirmó que llevará a la Justicia a Nación por la quita de fondos: "Milei se roba los recursos", dijo en conferencia de prensa. Indefectiblemente, la quita de recursos que sufra la Provincia tendrá alcance en Mar del Plata. La duda es saber hasta dónde llegará ese ajuste, aunque como se mencionó antes, al respecto hay total "incertidumbre".

Así llegamos a nuestra aldea, tal vez pensando que "por hacer la plancha" no sufriríamos las consecuencias de un Gobierno que "va por todo", como dicen algunos concejales en el recinto, y no solo de la oposición. Pero, ¿Qué significa esto?

Desde la mesa chica del Intendente lo explican claramente. "Si el Gobierno de la Provincia cuenta con menos recursos, eso tendrá un efecto directo en Mar del Plata tanto en las obras de gestión provincial, como en los ámbitos donde haya trabajadores que se desempeñen y dependan del ámbito de la Provincia, como es el caso de la policía, personal de salud, docentes, empleados estatales, entre otros". Es decir, si no hay dinero para pagar salarios o realizar nuevas obras y contrataciones, o bien actualizar valores sobre semejante proceso inflacionario, sería una utopía pensar que no tendría alcance. Tal y como vienen las cosas, se espera que el impacto sea feroz. Tanto como el efecto dominó que generará en quien se quede sin trabajo y deje de consumir. Se para la rueda, una vieja e indeseable situación.

¿Es posible que Nación recorte recursos a Provincia y que esto no tenga alcance en Mar del Plata? Es una pregunta que en las últimas semanas recorrió los pasillos de la Municipalidad. Sin embargo, el oficialismo y la oposición, según manifestaron a este medio, lo tienen claro y coinciden como pocas veces: "Es imposible que no nos veamos seriamente resentidos".

El panorama es desalentador. Porque además, Mar del Plata no cuenta con herramientas que le permitan, por ejemplo, dejar de coparticipar sus recursos así como el Presidente de la Nación decidió hacerlo con las provincias. "La forma en la cual se aporta desde General Pueyrredon es a través de impuestos tanto provinciales como nacionales, es decir, es dinero que no pasa por las arcas del Municipio, por lo cual no hay manera de que se puedan disponer de recursos propios". Se trata de los fondos que recaudan tanto Provincia como Nación, que después los coparticipan. La cadena empieza en Nación, pasa por Provincia y llega a los Municipios, y en este contexto, los últimos eslabones ya empezamos a sentir los efectos de la gestión basada en que "no hay plata".

Por el mismo camino incierto y desalentador siguen otros conflictos ya instalados que tendrán una segunda vuelta en las próximas semanas, como es el caso de la Ley de Pesca que pretende reflotar el Gobierno Nacional, como así también la política de subsidios al transporte. El oficialismo, por lo menos desde la teoría, dice que seguirá "defendiendo los intereses de los marplatenses porque la Ley de Pesca significaría romper la industria y ciudades como Mar del Plata", y "en cuanto al valor del boleto de colectivos en el interior, es necesario establecer una política equitativa porque si esto sigue así, la gente no va a viajar más en colectivos porque no podrá pagarlos y esto termina siendo una estafa".

Está claro que no se podrá hacer la plancha por mucho tiempo más. Los sindicatos y los movimientos sociales ya empezaron a copar las calles. Ahora le toca a la política defender los intereses de quienes los eligieron como sus representes. El tiempo apremia.