Ni el Torreón ni los Lobos Marinos: cuál fue la primera postal turística de Mar del Plata
Fue dinamitada durante la primera década del Siglo XX y parte de la piedra que resultó de la demolición se utilizó para construir la Rambla Francesa.
Por Redacción 0223
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Ver a miles de turistas posar frente a los lobos marinos de la Rambla o con el Torreón del Monje como monumentos históricos que referencian a Mar del Plata es habitual en cualquier época del año. Pero mucho antes de la construcción de estos emblemas, cuando Mar del Plata perfilaba a convertirse en la villa balnearia de la elite porteña por excelencia, hubo un escenario natural que era la postal y el principal atractivo turístico de la incipiente ciudad. El lugar era conocido popularmente como “la gruta de Egaña”, estaba ubicada en la zona de la actual Playa Varese y fue dinamitada para dar paso a construcciones modernas.
De acuerdo a “Veraneos Marplatenses de 1887 a 1923” de Elvira Aldao da cuenta que en la primera etapa de Mar del Plata, era común ver gente trepando las piedras hasta llegar a una gruta frente a la playa
La gruta estaba ubicada en la zona céntrica de Mar del Plata, entre las actuales Bristol y Varese y debe su nombre a su descubridor, un hacendado español llamado Andrés Egaña y estaba oculta “por grandes peñascos que fue necesario remover para facilitar el acceso”
Según se puede apreciar en las narraciones de la época, el lugar tenía ocho peldaños naturales que conducían a un hueco en el que algún visitante había colgado una hamaca y el mar se encargaba de mojar durante la pleamar y dejar un manto de musgo de un verde particular.
Con el paso del tiempo, el lugar se convirtió en uno de los preferidos de los visitantes que se animaban a escalar las rocas para llegar a la gruta y fue uno de los lugares elegido para tomar fotos grupales. En la gruta además, los visitantes dejaban grabados sus nombres en la piedra.
El historiador Rubén Calomarde aporta otro dato curioso: la “Gruta de Egaña” era una cueva romántica a la que llegaban los enamorados durante el verano.
Para Calomarde “la Gruta de Egaña” era el lugar preferido por los enamorados: “La gruta se convirtió en la romántica cueva”, explica en Historias de Mar del Plata mientras detalla que “Allí con pintura los jóvenes escribían su amor eterno mientras otros iban a demostrar los alcances de un amor frustrado así por ejemplo aparecía con nombre y apellido la frase "Te Odio" o un “te desprecio” y hasta el “volve por favor””, agrega.
La Gruta permaneció como uno de los principales atractivos de Mar del Plata hasta principios de 1900, cuando fue dinamitada para dar paso al camino que conecta el Torreon del Monje con Playa Varese y cuentan que parte de la piedra se utilizó para construir la rambla francesa.
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